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Procesos de aprendizaje

Zapatero: y la cohesión social, qué?

Curioso lo de hoy. Zapatero aprueba ajustes relativamente ambiciosos que tocan el sueldo a los funcionarios, congelan las pensiones, y recortan el sueldo de los propios miembros del gobierno. Ahora el gobierno sí se ajusta el cinturón, y les ajusta el cinturón a funcionarios y pensionistas, dos colectivos bastante “sensibles”, so to speak. Las consecuencias y repercusiones de esto pueden ser serias. Mucha gente puede verse traicionada por el gobierno, y con razón, ello puede exacerbar la situación. ¿Resurgirá Izquierda Hundida?

Expansión decía: Los sindicatos piden movilizaciones… “La luna de miel entre el Gobierno socialista y los sindicatos ha terminado esta mañana”. Al margen de los sindicatos mayoritarios, “USO denuncia que estas medidas son “un recorte de derechos de los trabajadores”, que deberían tener “una respuesta contundente en la calle”.” También: “El ajuste llega a la protección social”. ¿Llegarán las barricadas a España?, se preguntaba en otro artículo.

Lorenzo Ramírez en Libertad Digital pone el énfasis en el derroche hasta ahora que ha caracterizado a ZP: Zapatero frena el derroche del gasto castigando a funcionarios y pensionistas.

Todo esto era inevitable, y algunos lo vaticinábamos, aunque parece haber sorprendido que esta Administración haya tomado estas medidas, en contra de sus “principios”.

Manuel Conthe publica en su blog un post donde defiende estas medidas:

Cuando una economía se integra en un área monetaria de baja inflación -como es la zona euro-, las reducciones de precios relativos, cuando son necesarios, deben hacerse mediante reducción de los precios y salarios nominales (es decir, de su importe en euros).

en el seno de una unión monetaria ese mecanismo de ajuste es imprescindible para atajar desequilibrios previos.

También incluye un interesante artículo que publicó en 2008 sobre la distinta percepción de la gente de medidas que en esencia implican la misma pérdida de poder adquisitivo: reducción de salarios nominales frente a inflación. La primera es peor percibida que la segunda.

Hace unos meses escribí un artículo titulado ¿De qué cohesión me hablan?, que creo que no podría estar más de actualidad:

Uno de los argumentos que suelen esgrimirse para no reducir el gasto público [en el contexto de la crisis] es el de la cohesión social… Pero, ¿y si esta estrategia fuera a conseguir lo contrario de lo que se persigue, es decir, que en vez de favorecer la cohesión social, se fomentara el conflicto y el malestar entre la población?

En relación con el enorme déficit público que se ha generado en muy poco tiempo, uno se pregunta qué es lo que está ganando nuestro país atrayendo la desconfianza de los inversores y analistas financieros internacionales al amasar una elevada deuda pública

Quizás lo que busquen sea la cohesión social que ahora están disfrutando los griegos, quienes se han visto obligados por las circunstancias a aplicar unos planes de austeridad donde se pretende reducir drásticamente el gasto público con el simple objetivo de salir con vida de ésta.

La incompetencia de la administración Zapatero, sin embargo, no inspira demasiadas confianzas de que se vayan a tomar las medidas correctas voluntariamente. Probablemente, estas medidas tengan que aplicarse por presiones internacionales, a la fuerza, tarde y mal; y las consecuencias podrían ser como lo que se ha visto en Grecia.

Aunque hay algo que matizar respecto al “timing” del artículo y las medidas. Hubiera sido más adecuado de haber sido escrito anteriormente (2008, p.ej.), en el momento del artículo (Mayo 2010)  y ahora ya parece tarde, y aplicar las medidas inevitables puede tener esos efectos conflictivos que apuntaba. Aun así, creo que la esencia del artículo y sus advertencias se aplican bastante bien. Si se hubieran hecho los deberes en los años anteriores no nos pasaría esto.

Y para quienes digan que los deberes se hicieron bien en los años anteriores, tal y como manifestaron los superavit, habría que rascar un poco más: los ingresos aumentaban como la espuma como consecuencia de la burbuja inmobiliaria. El gobierno y AAPP en lugar de ahorrar parte de esos ingresos como colchón para el futuro, se fulminó la gran mayoría, consiguiéndose superavits inesperados por la euforia de la burbuja (según me han comentado, el gobierno en sus Presupuestos planeaba déficit, pero se encontró con superavit de chiripa). Pero esa solidez de las cuentas públicas estaba totalmente cogida con pinzas (burbuja, anyone?). Con lo que NO, los deberes no se hicieron.

Veremos qué pasa.

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