La verdad es que me he quedado atónito al ver la actitud de algunos. Joseph Salerno publicó un post en el Blog del Mises titulado The Meta-Economist Versus Mundane Economists on William H. Hutt. Empezaba así:

In recent days, we have been treated to a bizarre spectacle in the Austrian blogosphere: a metaeconomist who has never contributed anything of substance to economic theory casually denigrating the achievements of a truly great economic theorist, William H. Hutt.

No aportaba ningún nombre ni cita de nada. Uno pensaría, y de hecho es lo que pensé, que algún austriaco aficionado habría dicho algo criticando a Hutt. El texto de Salerno está bien, habla sobre las contribuciones de Hutt, diferencia al metaeconomista –quien habla de cómo hay que hablar de economía– del economista “mundano” –que se dedica a los asuntos económicos de la realidad, siguiendo el que Salerno denomina como “Mengerian causal-realist approach”. Critica al metaeconomista y elogia al economista mundano –no sorprende que él se considere en este segundo grupo.

Hasta aquí todo bien, pero resulta que en los comentarios, parece que se ha revelado hacia quién iba la crítica de Salerno. ¡Y era hacia nada más y nada menos que PETER BOETTKE! Boettke en los comentarios:

Joe,

Thanks for saying explicitly what you believe — that I have never made any contribution to substantive economics. I appreciate your candor. Though I don’t think “meta-economist” is actually an appropriate label for someone who has written 3 books on the economic history of the Soviet Union, its collapse and transition. But ok — meta-economist it is.

But also it is somewhat unfair that you failed to quote my full point about Hutt (who I think is awesome for the record). Here is my quote from a blog comment section: “Hutt was the better critique of Keynes, but even there he was weak compared to the advocates. So his argument had to be improved upon, and was by thinkers such as Leijonhufvud.”

You think my contributions are non-existent, I think you have made us think seriously about some important issues.

Lets leave it at that.

La elegancia de uno contrasta con una actitud bastante reprobable del otro, especialmente en un ambiente intelectual donde se debería respetar la disensión. Con estos “compañeros de viaje”, ¿quién necesita adversarios intelectuales?

Quien quiera ver qué es lo que ha hecho Boettke, que vaya a su listado de publicaciones. Pero quizás lo más destacable de él son los discípulos que ha generado a su alrededor, gente como Peter Leeson, Chris Coyne, Edward Stringham, Ben Powell, y un largo etcétera.

Dicho esto, tampoco quiero cargar las tintas demasiado, dado que no tengo seguridad de que la acusación haya ido dirigida a Boettke… aunque el enfrentamiento entre Salerno y Boettke viene de largo.