¿Quién dijo que las ideas marxistas estaban prácticamente muertas salvo en Corea del Norte y Cuba? Advierto que las siguientes líneas están escritas en caliente.
Quien quiera escuchar un mensaje fresco, con propuestas nuevas y originales de cambio de paradigma social y económico, donde la creatividad no tiene ataduras de ningún tipo (ni tampoco la ingenuidad ni la estupidez)… escuchen esta conferencia en la London School of Economics del Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo de Ecuador.
Si se han asustado en los últimos años por escuchar las propuestas económico-políticas de Zapatero o de Obama, o si se han alertado/alucinado o reído (por no llorar) con los mensajes cursis llenos de ingenuidad socialista, lo que tiene que contar nuestro camarada ecuatoriano está a un nivel significativamente superior –nunca mejor dicho, porque parece que habla de los nuevos cielos y la nueva tierra, enlazando con la mejor tradición marxista mesiánica. Bienvenidos al socialismo del siglo XXI.
Su deseo es el de ayudar a liderar la transformación hacia una “nueva civilización”, un “cambio de paradigma” que lleve del modelo “antropocéntrico” actual al modelo “biocéntrico”. Se trata de pasar del neoliberalismo al “capitalismo popular” o “socialismo de mercado”. O más originalmente, hacia el “biosocialismo“. El objetivo ya no es el crecimiento económico, ni tampoco el concepto más amplio de desarrollo; el objetivo se trata de conseguir el “Buen Vivir“, y por supuesto es el Estado quien tiene que liderar este proceso.
Este Estado debe sufrir una transformación importante, se debe eliminar el “Estado burgués” y recuperar el Estado para el “bien común”, es decir, que tenga fuertes competencias para planificar, regular, controlar, redistribución… pero todo esto descorporativizándolo.
Como todo líder planificador socialista, habla del “proyecto de Ecuador” como si la sociedad fuera un conjunto de piezas de ajedrez y el gobierno quien las mueve a su antojo; como si los intereses del gobierno fueran a coincidir, siquiera imperfectamente, con el de sus ciudadanos. Y se atreve a decir que “el proyecto de Ecuador todavía no está cerrado“ (!!!!). ¿Cuándo se cierra el proyecto de un país? ¿Qué pasa entonces? ¿La gente deja de actuar, deja de tener metas?
La perspectiva ingenieril y de fatal arrogancia está presente en todo su discurso. Como cuando habla de un nuevo enfoque de sustitución selectiva de las importaciones (¡corrigiendo los fallos de este modelo en el pasado, por supuesto!) para generar la industrialización que requiere el país.
Entre las cosas más “originales”, propone abandonar la contabilidad convencional basada en el “dinero” y bienes y servicios físicos, y empezar a medir las cosas que realmente nos importan para el “Buen Vivir”, es decir, los llamados “bienes relacionales” (i.e. bienes que tienen que ver con la producción de relaciones sociales: amistad, amor, participación política social y civil, relación del hombre con la naturaleza…). Habla también de la “contabilidad biofísica” como alternativa a la contabilidad macroeconómico al uso.
Desde este enfoque del Buen Vivir se utiliza el tiempo como unidad de análisis fundamental (no estoy de coña), y nuestro camarada llega a algunas conclusiones curiosas como el malvivir de los más ricos (en términos de renta monetaria) que tienen, atención, ¡niveles bajos de dormir y de tiempo relacional! Vamos, que los más ricos son unos desgraciados aunque no lo sepan. ¿Alguna vez ha tomado en serio este hombre en la importancia del subjetivismo?
No quiero alargarme más. Salvo reseñar otras frases notables, como sus propuestas de la “desmercantilización de la economía”, la “despatriarcalización de la sociedad” –dice sin tapujos que “sin feminismo no hay socialismo”– o que la humanidad debería pasar a considerar el conocimiento como un bien público mundial. Y acabo con la penúltima joyita: dice literalmente que la Constitución que aprobaron los de su cuerda es una “constitución post-material”. ¡¡Bien!!
Para comprobar que todas estas ideas no me las he inventado yo en un alarde de originalidad y pensamiento creativo progre bajo la influencia de sustancias alucinógenas, escuchen la conferencia.
Notas:
1) A pesar del tono sarcástico del artículo, me temo que buena parte de los ecuatorianos de bien estarán sufriendo en sus carnes las consecuencias de las malas ideas y las malas políticas que éstas engrendan, por lo que no es un tema a tomar a broma.
2) Véase mi artículo La mentalidad en el desarrollo y sus consecuencias, donde trataba algunos temas relacionados con la mentalidad planificadora de la Administración de Ecuador actual.