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Procesos de aprendizaje

Sobre Douglass North y el papel de las instituciones

Me preguntaba López en el anterior post, a raíz de mi alusión al marco institucional, sobre la Nueva Economía Institucional, por lo que he considerado oportuno rescatar un texto comentario del primer capítulo del libro de Douglass North Institutions, Institutional Change and Economic Performance.

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Esta lectura  se adentra, de manera muy introductoria, en los problemas básicos de la teoría social en general, y de la economía en particular. Su enfoque evolutivo e institucional me parece muy atractivo para analizar los complejos fenómenos sociales. Lejos de concentrarnos en un estrecho concepto de “lo económico”, es más fructífero llevar a cabo un análisis multi-disciplinar, ya que la economía no se entiende más que dentro de un sistema social determinado, es decir, inserto en un conjunto de normas y subsistemas sociales, como el político.

Los objetivos de North con este texto, que a su vez sirve de introducción para su obra “Instituciones, cambio institucional y desempeño económico”, son de diversos tipos. El primero es el de proporcionar el marco analítico básico que integre el análisis institucional en la economía política y la historia económica. De aquí se deduce que el autor piensa que el papel de las instituciones, y el cambio institucional, son variables clave en el desempeño económico, por lo que hay que establecer un aparato teórico para examinar estas cuestiones dentro de la disciplina teórica e histórica de la economía. Además, sostiene North, acertadamente en mi opinión, que para integrar las instituciones en el análisis económico, es necesaria una revisión de gran parte de la teoría social básica y de la economía, en su vertiente neoclásica, paradigma dominante en la actualidad.

Pero como es lógico, su marco analítico persigue explicar mejor una realidad determinada. En el caso de North, así como en el caso de muchos economistas especializados en el desarrollo y crecimiento económico, su objetivo es el de lograr una comprensión adecuada acerca del desempeño diferencial de las economías a lo largo del tiempo. Para ello, en el caso de economías estancadas a largo plazo, será necesario explicar porqué persisten instituciones ineficientes, a pesar de que de acuerdo a ciertas teorías (Alchian), éstas deberían ser reemplazadas por otras más eficientes.

Éstos son los ambiciosos objetivos que se propone North. Para ello comienza con el concepto de instituciones como reglas del juego cuyo surgimiento se debe a la interacción social, pero que a su vez determina los resultados económicos, y por tanto, el desempeño económico. En este sentido, diferencia entre reglas formales e informales; mientras que las primeras se pueden crear mediante un decreto legislativo, las segundas evolucionan lentamente.

El estudio del papel de las instituciones –sobre todo, destaca su función a la hora de reducir la incertidumbre- será clave para comprender el cambio histórico, para determinar qué tipo de organizaciones existen en la sociedad –enfatiza la diferencia entre organizaciones e instituciones, las primeras son los jugadores que se desempeñan dentro de unas reglas (instituciones). El mecanismo de influencia principal es, para North, el hecho de que las reglas del juego tienen efectos sobre la función de costes de una economía.

Ejemplifica esto con la comparación del crecimiento positivo de Estados Unidos, y el estancamiento de otros países del Tercer Mundo. Mientras que EEUU cuenta con unas instituciones favorables al desarrollo, al respeto de los derechos de propiedad, incentivadoras de la innovación, etc; los países atrasados tienen incentivos que no conducen a inversiones productivas, sino normalmente a redistribuciones de las rentas y actividades no cooperativas y no generadoras de crecimiento.

A lo largo del texto, y especialmente en los objetivos del autor, a uno se le viene a la cabeza el tratamiento de Carl Menger acerca del surgimiento del dinero[1], como ejemplo de institución surgida de forma espontánea y evolutiva; en una fecha tan temprana como finales del siglo XIX. Además, en su obra metodológica, el fundador de la Escuela Austriaca afirmó que la cuestión fundamental que todo científico social debería resolver es: “¿Cómo pueden formarse instituciones que sirven al bien común y que tan importantes son para su desarrollo sin una voluntad común dirigida a su creación?”[2]. En esta misma línea, se le adjudica al filósofo escocés Adam Ferguson la idea de que el orden espontáneo social, que contiene numerosas instituciones, es consecuencia de la acción humana, pero no del diseño humano; es decir, que las acciones e interacciones no crean deliberadamente las instituciones, sino que éstas surgen de manera no intencionada de aquéllas.


[1] “On the origins of money”, Menger, Economic Journal (1892).

[2] En “El método de las ciencias sociales”, Carl Menger, Unión Editorial.

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