Nassim Taleb no se corta, pero...
Hemos publicado un artículo con opiniones y declaraciones del economista y antiguo operador de Wall Street de derivados y demás, Nassim Taleb. No he leído sus libros, pero sus ideas son bastante interesantes. Para escucharle recomiendo, como siempre, los podcasts en EconTalk: sobre los black swans y sobre la crisis financiera.
Taleb: los gobiernos “están transformando el tumor en una metástasis” (pego la primera parte del artículo)
De carácter científico escéptico, los acontecimientos recientes han dado la razón a Taleb en lo vulnerable del sistema económico global y lo impredecible de ciertos eventos sociales y económicos, frente a quienes creen, mediante sus sofisticados modelos matemáticos, que controlan gran parte de las variables relevantes para predecir el futuro.
En esta dirección ha ido su principal obra investigadora, así como sus últimos libros: “¿Existe la suerte? Engañados por el azar” (2004) Y “El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable” (2007), cuyos títulos hablan por sí mismos.
El excesivo apalancamiento de distintos sectores económicos -los bancos, las familias y ahora los gobiernos- y la asunción de riesgos casi ilimitada han sido dos particularidades de los años de auge económico, dos fenómenos que no se cansa en destacar y que están claramente relacionados con lo anterior.
Ahora, con la llegada de la crisis financiera y la demostración de la fragilidad del sistema bancario, este autor se ha caracterizado por sus ataques al establishment financiero, económico y político; ni Wall Street -donde trabajó como operador durante unos 20 años-, ni Washington D.C., ni las posiciones más prestigiosas de la academia en Princeton, Berkeley o Chicago se libran de sus sagaces críticas.
Recientemente, Taleb testificó ante el Congreso de los Estados Unidos, donde advirtió del peligro y la vulnerabilidad de todo el sistema causado por el excesivo tamaño y peso de las instituciones financieras sobre las economías y el sobreapalancamiento, y de los incentivos perversos que genera la doctrina too big to fail (“demasiado grande para caer”, por la que se justifican los rescates públicos de entidades enteras con problemas).
Asimismo, dejó claro que el sistema económico que reina, y ha reinado en los años de auge en el mundo desarrollado, no se puede calificar como de libre mercado: lo que existe, afirma, es un sistema en que las pérdidas se socializan y difuminan por toda la sociedad, mientras que los beneficios son privados. Y es que, el capitalismo no sólo consiste en ofrecer recompensas, sino también castigos, según argumentaba.
Preguntado por su opinión acerca de los rescates públicos, afirmó que le parecían actuaciones irresponsables, dado el enorme nivel de deuda del país norteamericano. Para Taleb, lo que se debería hacer sería reducir el nivel de deuda y apalancamiento presente en la economía. Sin embargo, los planes de estímulo sólo transforman la deuda privada en deuda pública, cargas financieras que tendrán que ser soportadas por las siguientes generaciones de contribuyentes.
Además de su intervención en el Congreso, Nassim Taleb fue entrevistado por The Globe and Mail, donde respondió con lúcidas reflexiones sobre la economía global. El prestigioso bloguero de Global Economic Trend Analysis, Mike “Mish”, se hizo eco de estas declaraciones, sobre las que lanzó dos ideas: los fundamentos de la economía global no han cambiado en absoluto gracias a las erróneas acciones de los banqueros centrales, y el mundo en su conjunto se dirige hacia los pasos de Japón -estancamiento con deflación y mantenimiento durante largos años de niveles de deuda enormes-.
El que haya economistas como Taleb le da bastante vidilla a la profesión. Se necesita más escepticismo en la buena dirección, y mejor teoría. El momento actual ha empujado a parte (o algunos) de los economistas a cuestionar lo que sabían de macroeconomía, y no cerrarse a otras visiones que, como la austriaca, tienen mucho que ofrecer. A ver si se aprovecha bien el momento.
No obstante, se echan de menos unas referencias a las actuaciones de los bancos centrales causando la burbuja del crédito