“El plátano protesta en Madrid”, así titula una noticia del diario La Provincia de Canarias. Un titular bastante gracioso, siempre que uno se lo tome como una broma, claro. Lo que no parece ser broma ni tampoco es nada gracioso son los motivos de la protesta. Al parecer, ésta se debe a los acuerdos mercantiles alcanzados entre la Unión Europea y los países sudamericanos para rebajar progresivamente el arancel y facilitar la entrada de banana extracomunitaria. ¡Oh, no, nos bajan los aranceles, las protecciones y los privilegios!
La Asociación de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) reivindicó hoy en Madrid la salvación del sector y criticaron con dureza la posición del Gobierno español ante la “invasión” del mercado sudamericano. Los agrícolas isleños repartieron, esta mañana en la Puerta del Sol de Madrid, más de 20.000 kilos de plátanos como medida de protesta.
Supongo que estos que protestan luego se considerarán personas solidarias con la gente pobre de Latinoamérica. Supongo que estos mismos luego hablarán sobre las bondades del “comercio justo” como vía para favorecer a los agricultores pobres de Latinoamérica, criticando las injusticias que el “capitalismo” y el librecambio les imponen. The story is always the same. La competencia se quiere solo cuando te beneficia a ti. ¿Qué hay de lo mío? Lo del otro me importa un comino.Viene muy al pelo de esto una columna que tengo empezada, sobre todo este párrafo:
No me resulta descabellado pensar que parte de la “sensibilidad social” de la que solemos presumir, implícita e inconscientemente, en ocasiones no es mucho más que bonitas palabras que sirven para generarnos una autoimagen de personas comprometidas socialmente. Una sensibilidad social que está muy bien siempre que no nos toquen el bolsillo y amenacen nuestro bienestar.
Eso sí, junto a esto, señala en la noticia otro asunto en el que las protestas sí tendrían toda la razón, el referido a la expropiación de tierras por parte del gobierno de Venezuela, muchas de ellas propiedad de canarios. Pero me temo que la causa principal de las protestas se debe a esa rebaja tan temida de los aranceles.
Eetión enlaza en los comentarios un excelente análisis en su blog acerca de cómo está la situación del plátano de Canarias, los efectos perversos de las subvenciones y la competencia del banano ecuatoriano, que a su vez sufre de intervenciones públicas. Esto me recuerda a la teoría del intervencionismo de Mises de que una intervención no consigue los resultados que perseguía y conduce a más intervenciones, más perversas todavía.
Lo de que se tiren miles y miles de kilos de fruta fruto de las subvenciones y demás, es aberrante. Lo que trae la (mala) intervención pública en contextos de abundancia…