No soy fan de Sachs, pero hay que reconocer que me parece mucho más sensato que otros (imaginaréis a quien me refiero en un segundo), al menos en lo que toca al tema que voy a comentar.
Leo en un excelente artículo de Joaquim Muns titulado “El fracaso de la heterodoxia” (referido al fracaso de las políticas heterodoxas contra la crisis: política fiscal muy expansiva y quantitative easing) la siguiente cita de Sachs, que viene de su artículo de hace tiempo en el Financial Times Time to Plan for a Post-Keynesian Era, donde expresaba dudas y matices importantes a la versión keynesiana de la crisis y sus soluciones, desviándose así de Krugman o Stiglitz:
El hecho relevante era que Estados Unidos, el Reino Unido, Irlanda, España, Grecia y otros países se habían sobre-endeudado durante décadas, de manera que un descenso del consumo después del 2007 no era una anomalía contra la que se tenía que luchar, sino un ajuste que se tenía que aceptar.
Touché. No es un argumento que me parezca original ni nuevo, pero sí llama la atención que salga de la pluma de alguien como Sachs.
El artículo de Muns atribuye a Trichet una idea similar:
El Sr. Trichet, Presidente del Banco Central Europeo, en una entrevista en el Financial Times del 23 de julio último incide en la misma línea: “Con la perspectiva del tiempo, nos damos cuenta de lo desafortunado que fue el mensaje tan simplificado dado a todos los países industriales de estimular, activar, gastar”.
Por el contrario, Obama sigue insistiendo en la necesidad de estimular el consumo. En un debate con empresarios acerca de los recortes de impuestos vs. gasto, dijo:
If we were going to spend $700 billion, it seems it would be wiser having that $700 billion going to folks who would spend that money right away.
Una crítica excelente a esta idea de Obama la ofrece Robert Higgs.