Incompetencia, indignación, y la economía política de la embriagadora burbuja
A veces uno lee artículos tan brillantes que siente la necesidad de difundirlos. En este caso, se trata de un interesantísimo y muy ponderado artículo del gran Tano Santos en Nada es Gratis titulado La indignación y la economía política de la burbuja. Obviamente, la contribución a la difusión del artículo por enlazarlo en este modesto blog es ridícula, pero aún así merece la pena.
Es muy difícil hacer un resumen que le haga justicia, y de pegar los fragmentos más interesantes lo acabaría pegando casi todo. Pero sí voy a hacer un esfuerzo resumiendo y copiando lo que me parece más destacado.
En primer lugar, pone a la clase política de este país en su sitio: su incompetencia, tanto por la Administración de Aznar como la de Zapatero ante la burbuja inmobiliaria, ha sido atroz. Y demuestra el artículo que ambos gobiernos conocían a la perfección los graves problemas y desequilibrios que azotaban a España, pero los cortoplacistas placeres e ilusiones derivados del falso y burbujeante crecimiento pudieron con ellos. (Este hecho lo señalé en un post de este blog). La falta de liderazgo, la irresponsabilidad en la gestión pública y el dejarse llevar pasan factura; lamentablemente no precisamente a ellos, sino a todos. No obstante, no creo que este comportamiento de los gobiernos españoles sea la excepción, sino la norma. Es difícil decir que NO a los votantes y luchar contra el populismo fácil. En España y en el resto de países. Que aquí sea más exagerado, puede ser cierto.
las burbujas son siempre maravillosas, como las fiestas en las que todos los participantes están dulcemente embriagados y todo parece risueño y posible, incluso superar en renta per cápita a Alemania en tres años.
En este sentido, comenta el comportamiento de las cuentas públicas españolas en la época del boom, y cómo éstas vivieron una época de extraordinarios ingresos debido a una situación excepcional e insostenible. Sobre este tema también he tratado en algunos artículos como éste.
En segundo lugar también habla clarito respecto a la situación económica de España:
La realidad económica de nuestro país es la que es: El país esta fuertemente endeudado y ahora tiene que vivir un fuerte proceso de desapalancamiento (y para ver lo “divertidos” que son estos procesos solo hay que pensar en Japón). Para decirlo de una forma directa: El país se ha traído mucho consumo e inversión del futuro al presente y por tanto el futuro solo puede ser uno de menor consumo e inversión. Esto no es economía: Es aritmética presupuestaria; no tiene nada que ver con ser de derechas o de izquierdas, catalán o andaluz, banquero o jornalero. Lo que aliviaría en algo nuestra situación, que es el crecimiento, no parece por ahora factible: La estructura del mercado laboral, inmobiliario, administrativo es rígida y no permite que la iniciativa de todos los jóvenes españoles sea la solución efectiva a esta crisis.
Ahora bien, no estamos condenados a morir estancados si se hacen las reformas necesarias y de las que también se viene hablando desde hace tiempo. Así concluye el artículo Tano Santos:
Nuestro país necesita de reformas ya. Pero sobre todo necesita de un liderazgo que ahora no tiene y una fortaleza que está por ver si tiene. Necesita de un dialogo claro y sin eslóganes y sobre todo necesita de valor para llevar a cabo todo lo que debió hacerse cuando los tiempos eran mejores que los actuales. Y la pregunta es ¿Quién quiere coger esta batuta?
El endeudamiento externo neto de los españoles es de casi un billón de euros, según datos del Banco de España a finales de 2010. El mayor del mundo en una moneda que no podemos devaluar, el euro. Es el doble del que había en 2005, que ya era preocupante. Nunca se debió consentir esto. No sé que hacía esos años Solbes o el Banco de España (los inspectores advirtieron en 2006 pero nadie les hizo caso. También la ONU advirtió ese año de la burbuja de deuda que se estaba formando). El problema está en el sistema autonómico que es economicamente inviable. Se dedican a legislar leyes y más leyes para desarrollar sus respectivos estatutos, con el único objetivo de diferenciarse del vecino. Cada vez más personal y más gasto requieren para la burocracia regional que están formando. Y las Autonomías han consolidado a los nacionalismos, los caciquismos y la corrupción. Descapitalizaron las Cajas, controladas por los poderes políticos regionales sin que haya exigencia de responsabilidades. Estamos listos de papeles.
España a la cabeza de la revolución anarcocapitalista en Europa Un fantasma recorre Europa, es el fantasma de la revolución silenciosa anarcocapitalista. Y España está en la vanguardia de este cambio de paradigma, librando una guerra soterrada a los aparatos del Estado. No nos imaginemos a ejércitos enfrentados, cada pieza de este puzzle milita en todos los bandos. Veamos sus huestes: Cinco millones de parados armados con cuchillos jamoneros repelando el pernil hasta sacarle brillo al hueso. Siete millones de pensionistas, de los que cinco cobran más de lo que han cotizado. Viudas amancebadas con sueldo y pensión ajena. Siete millones de menores de edad educados en la ciudadanía del confort a toda costa jaleados y adocenados por una pléyade de psicopedagogos. Setenta mil concejales, que aunque solo se les ocurra una idea al día de media y esa idea sea barata, pongamos 3.000 euros, son 70.000 x 3000 x 365=76.000 millones de euros al año. Otros cincuenta mil cargos públicos de diverso pelaje, autonómico, provincial, central, municipal... Trescientos mil liberados sindicales dedicados a lo que su propio nombre indica. Miles de millones de universidades que ocupan todo el universo de las más recónditas aldeas y caseríos. Tres millones de funcionarios. Centenares de miles atrincherados en la maraña de las redes caciquiles cobrando el PER. Miles que dicen ser agricultores y se pasan el día leyendo el Boletín Oficial del Estado. Comandos de ONGs y asociaciones, emboscados en los más diversos colectivos prestos a ordeñar cualquier vaca, por muy seca que esté o aunque sea un toro. Setenta y cinco mil presos con aire acondicionado. Y las corporaciones: los sindicados, las iglesias, la patronal, los bancos que emplean a bandas de políticos para atracar ciudadanos. Y los empresarios, metiendo la navaja para cobrarse su cuardo de libra de los hígados del Estado. Esta es la paradoja del socialismo, se autofagocita, se busca la ruina por definición ontológica. Su éxito en la igualdad, su empeño en podar las ramas más altas o cortar los troncos, deja un erial de matojos. Pero nunca se llega a ello, la naturaleza humana es muy tozuda. Los mismos, ¡ojo los mismos! que propagan la verdad del adocenamiento, los temerosos públicos de la libertad, militan en las filas contrarias. Participan en manifestaciones laicas y en procesiones de semana santa. Legislan impuestos y los eluden. Persiguen ladrones y roban. Expropian dinero para las arcas públicas y lo privatizan a sus cuñados votantes. Y así se debilita el Estado, que se endeuda, hasta donde le den los denostados mercados ultraneoliberales, que no son otra cosa que los mismos mendas con la cartilla del depósito a plazo fijo; ello para amamantar a las miríadas de votantes-chantajistas que esperan la tajada a corto plazo, que sustentan el negocio de la supervivencia de políticos emperrados en no trabajar en el mercado, al que temen como a una vara verde, y con razón. La política es un negocio que no solo es tolerante con los incompetentes, si no que además cuenta con una estructura específica para su promoción: los partidos. Así que la economía negra, o sea libre, o sea al margen de las garras de los políticos, se abre paso. Parados que trabajan, liberados sindicales que cobran recibos del Ocaso, inválidos rurales que corren como liebres, placas solares que producen electricidad de noche, políticos llamando a líneas eróticas por el móvil oficial, divorcios para conseguir plaza en el cole, empresas que pillan por abrir, y por cerrar; campañas publicitarias contra el tabaco y subvenciones a su cultivo, gente que vota con los pies, y se larga, mucha paz para fabricar pacíficamente armas... En fin... esta revolución es una guerra de Gila, con guión de Berlanga y diálogos de Rafael Azcona. http://maxisoriano.blogspot.com