Artículo en LD: El sector público es el gran beneficiado por la crisis económica.
Incluye gráficos interesantes del blog Random Spaniard sobre este fenómeno, tanto en España como en UK. Para la evidencia sobre EEUU, Robert Higgs publicó un post “Pity the Poor Private-Sector Workers“ sobre este mismo tema (el mismo día y de forma independiente), y USA Today tenía un artículo muy ilustrativo donde hablaba de subidas de salarios en los federal workers americanos.
El sector público no ha dejado de crecer durante la crisis, y no sólo en España sino también en EEUU o Reino Unido. Más puestos de trabajo e, incluso, subida de salarios ha sido la tendencia de este sector en auge frente al desplome del sector privado desde el inicio de la recesión.
La situación boyante del sector público no es de extrañar: conforme aumenta el intervencionismo estatal, comienza a ser más rentable tratar de presionar al Gobierno (lobbying) para obtener contratos, favores y privilegios que iniciar nuevas actividades en el sector privado, con la incertidumbre, riesgo, y dificultades que las caracteriza. Ganarse a los políticos y burócratas parece ser más fácil que ganar la confianza de los consumidores.
Esto sería especialmente cierto en el caso de la banca en los últimos dos años. Como informaba Reuters, según un reciente estudio, “los bancos estadounidenses que gastaron más dinero en actividades de lobbying tuvieron más probabilidad de conseguir dinero gubernamental de los rescates”.
Pero a esta tendencia hay que añadir un matiz relevante en mi opinión:
No obstante, la tendencia de auge del sector público podría tener sus días contados a medida que éste comience a experimentar serias dificultades de sostenibilidad financiera -problemas con el exceso de deuda pública-. Mera cuestión de supervivencia: California, Grecia o Letonia ya se han visto obligados a ello. Y España está amenazada.
Y sobre esto he escrito una columna: ¿Quién está ganando con la crisis?. Menciono la doble moral de parte de la progresía:
la mayoría bienpensante podría llevarse las manos a la cabeza al ver cómo mientras numerosas familias se veían abocadas al desempleo de todos sus miembros, algunos inversores ingeniosos y pertrechos de dinero en líquido, veían dispararse sus plusvalías –optando, por ejemplo, por invertir al descubierto, es decir, obteniendo ganancias por la caída del valor de las acciones.
Pero, ¿qué sucedería si, en ese ambiente recesivo y de caída del empleo, el grupo beneficiado de la crisis fuera el funcionariado y la burocracia, privilegiados del Gobierno? Lo cierto es que los datos apuntan claramente a esta situación, y la “élite comprometida socialmente” no parece estar poniendo el grito en el cielo.
Hablo luego de la tesis de Robert Higgs del Ratchet Effect (Efecto Trinquete), del crecimiento del estado y las crisis nacionales, del optimismo/pesimismo liberal:
Estos acontecimientos tampoco deberían sorprender a nadie que esté familiarizado con una de las tesis más importantes de Robert Higgs, economista investigador del Independent Institute y gran especialista de la historia de la evolución del Gobierno norteamericano. En su libro Crisis and Leviathan, elabora su tesis del ‘Efecto Trinquete’ (Ratchet Effect). A través del estudio de varios acontecimientos históricos en EEUU en el siglo XX, Higgs descubre que la principal fuente del crecimiento del Gobierno estadounidense se debe al aprovechamiento que ha realizado de los periodos de crisis nacionales –ya sean éstas reales, imaginarias, de carácter económico o bélico. Esto, según Higgs, habría sucedido en la Primera y Segunda Guerras Mundiales, en la Gran Depresión, en la Guerra Fría, tras los atentados del 11-S, o en la actual debacle económica.
En el futuro, cuando la severa recesión sea sólo materia de estudio por economistas e historiadores, aparecerán nuevas crisis, probablemente más graves que la actual. Siguiendo la tesis del Efecto Trinquete, y suponiendo que el contexto cultural de estatolatría no cambia –algo que por desgracia considero bastante probable–, los gobiernos tratarán de sacar el máximo partido de ellas, ahondando todavía más en su crecimiento hipertrófico.
la balanza se inclina claramente hacia las fuerzas intervencionistas. Los liberales y su influencia sobre la sociedad se mantienen en minoría, pero afortunadamente los avances no son en absoluto inexistentes. Quizás esto sirva para matizar el pesimismo de la tesis de Higgs.