Normalmente entre los liberales se critica a la educación española principalmente por el hecho de ser en buena parte pública. Pero esto es dejar la puerta abierta de par en par para que un socialdemócrata te hable de las bondades de sistemas educativos públicos que tienen muchos mejores resultados. Y es que, quizás la clave no sea si las escuelas son públicas o privadas (cuando esto puede ser simplemente una fachada legal, nada más), sino los incentivos a los que se enfrentan los agentes involucrados en el sistema, que aun dentro de un sistema “público”, pueden variar considerablemente.

Mayor autonomía para profesores y escuelas, y mayor competencia entre éstas, son dos conceptos clave. Son dos conceptos que son inherentes en los procesos de mercado libre, por ello quizá el sistema educativo “ideal” debiera ser privado y de mercado. Pero ello no debe hacer que nos olvidemos de las grandes diferencias que existen, los grises entre el blanco y el negro, entre escuelas públicas. Basta señalar la comparación entre España y Finlandia. Unos se fijarían en que el gasto estatal en Finlandia es mucho mayor que en España, y explicarían así la mejor performance de su sistema educativo. Otros, en cambio, señalarían a diferentes características “institucionales” de los sistemas educativos entre ambos países, y que no pasan esencialmente por diferencias de gasto, sino porque en Finlandia se da mucha mayor autonomía a escuelas y profesores que en España. Además, las comparaciones entre países tan diversos como España o Finlandia, siempre son complicadas. Por ejemplo, el sector público español no creo que sea comparable con el sector público finlandés. Cuestión de normas culturales y demás, que juegan un papel, aunque tampoco debe exagerarse.

Aunque me rondaba esta idea desde hace tiempo, me la ha recordado este excelente artículo de Domingo Soriano en LD: ¿Por qué España fracasa año tras año en el Informe Pisa?, sobre los informes pisa y los determinantes de la buena performance en educación de los distintos países.

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