España y la "curva de Laffer"
En una vitrina de la Bookings Institution de Washington está expuesta la servilleta más importante de la historia de la política tributaria. Aquel trozo de papel fue empleado por el economista Arthur Laffer durante una conversación informal con el histórico dirigente republicano Dick Cheney, que entonces encabezaba el gabinete de Gerald Ford. El propósito de Laffer era explicar que subir los impuestos no se traduce necesariamente en una mayor recaudación una vez se superan determinados niveles de tolerancia y resistencia tributaria. Laffer también pretendía señalar que las rebajas de impuestos estimulan la economía generando ingresos tributarios superiores a los esperados a priori.
La teoría no es nueva: en el siglo I, Lucio Junio Moderato, más conocido como Columela, ya intuía algo similar en su tratado sobre la economía agrícola (Res rustica). Mucho después, a mediados del siglo XIV, sería el filósofo andalusí Abenjaldún (Ibn Khaldún) quien anticiparía que “los bereberes tunecinos abandonarán el comercio en las ciudades cuando los recaudadores impongan alcábalas abusivas. Se darán la media vuelta y regresarán al desierto a comerciar entre ellos y con quienes les busquen, fuera del alcance de los alguaciles y cadíes que administran las bien muradas ciudades protegidas por los jerifes”. Como explicaría Fabián Estapé en sus trabajos sobre Abenjaldún, “los ingresos tributarios suelen ser mayores cuando los tipos son bajos y las bases muy amplias”.
El efecto “lafferiano” de las rebajas de impuestos de los gobiernos de Aznar
Durante los años de gobierno de José María Aznar (1996-2004), España vivió diferentes rebajas tributarias que se tradujeron en un aumento de la recaudación gracias al impulso económico derivado de estas medidas liberalizadoras:
- La recaudación por IVA casi se duplicó, a pesar de que no se subió ningún tramo de esta figura fiscal.
- La carga fiscal sobre las rentas (peso del IRPF) se redujo en un 33%, mientras que la recaudación creció un 50%. Cabe señalar que se simplificó la tarifa del Impuesto sobre la Renta, que pasó de 18 a cinco tramos. El tipo máximo bajó del 56% al 45%, mientras que el mínimo cayó del 20% al 15%.
- La recaudación por el Impuesto de Sociedades se triplicó, pese a que se introdujeron diferentes rebajas de los tipos efectivos de esta figura tributaria, principalmente a través de rebajas y deducciones.
Las reformas fiscales de 1999 y 2003 aumentaron la renta neta de las familias españolas en más de un 5,3%. Entre 1996 y 2004, el PIB per cápita aumentó un 64% y la convergencia con Europa se aceleró en más de diez puntos. La deuda pública española también se redujo (del 64% al 51% del PIB) y la riqueza total neta de las familias se multiplicó por dos. El desempleo cayó del 24% al 12%.
Por suerte, el Ejecutivo de Aznar no aprovechó los efectos positivos de estas reformas para consolidar un gasto público más alto. Todo lo contrario: el peso del Estado sobre el resto de la economía española se redujo de forma constante, pasando del 45% al 38%, mientras se alcanzó el primer superávit presupuestario de la democracia, al hilo de una Ley de Estabilidad Presupuestaria que posteriormente fue derogada con nefastas consecuencias.
El ejemplo “lafferiano” del gobierno de Aznar fue continuado por Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Como ha explicado su sucesor en la Presidencia regional, Ignacio González, “con 5 puntos menos en el IRPF y con 1 millón menos de habitantes que Cataluña, la recaudación de Madrid por IRPF es 700 millones más alta. Y en relación a Andalucía, que tiene 1,5 millones de habitantes más y un tipo también más elevado, la recaudación es 4.000 millones superior…”.
Extraer las lecciones correctas
El problema de la “curva de Laffer” es que la eficiencia recaudatoria de las rebajas de impuestos puede llevarnos a asumir que este tipo de políticas está conducida a fomentar un aumento del gasto público. Nada más lejos de la realidad: lo que Laffer pretende demostrar es que rebajando impuestos de forma sostenida y significativa, el Estado reduce obstáculos al sector privado y alimenta una expansión recaudatoria ligada a un “boom” económico. Por el contrario, cuando el aumento de la recaudación está solamente ligado a las subidas de impuestos, la economía se deprime y la efectividad recaudatoria cae.
Así, las recomendaciones del economista estadounidense deberían traducirse en medidas como las aplicadas en España por los gobiernos de José María Aznar. Hablamos de eliminación de impuestos, rebajas de la presión fiscal, simplificación del código tributario y reducción general del gasto público. En este sentido, los modelos del “flat tax” ofrecen la aplicación más pura de estas propuestas tan positivas para el desarrollo socioeconómico.
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Todas las medidas de rebajas en los impuestos aquí comentadas, y aprobadas en su día por el gobierno del señor Aznar, efectivamente contribuyeron a lograr una mayor recaudación y a evitar durante algunos años el déficit estatal. Muy cierto y por ello deben de ser aplaudidas y defendidas. Ahora bien, hay algunos párrafos del post que hacen referencia a lo que se hizo con ese aumento de la recaudación, que merecen algún comentario. “el Ejecutivo de Aznar no aprovechó los efectos positivos de estas reformas para consolidar un gasto público más alto. Todo lo contrario: el peso del Estado sobre el resto de la economía española se redujo de forma constante, pasando del 45% al 38%” Según yo lo veo, hay que puntualizar dos cosas: a) Solamente durante el último mandato (2001-2004) el número de empelados públicos en España aumentó de 2.500.000 a 2.800.000 (eurostat) , lo que supone un aumento del 12%. Eso es consolidar gasto. b) Si durante el periodo de gobierno del señor Aznar el peso del estado se redujo en 7 puntos porcentuales y el PIB per capita subió 64 puntos porcentuales, ¿Dónde esta la disminución del gasto? . Más bien parece que los 7 puntos porcentuales de bajada lo fueron porque el estado no aumento sus gastos en la misma proporción que aumentaba la riqueza del país, lo cual es muy distinto a disminuir gastos. Los gastos del estado español (eurostat) fueron en 2004 de unos 326.000 millones de euros, frente a los 280.000 millones del año 2002 (un aumento del 16%) En definitiva el logro del gobierno del señor Aznar (y no digo que sea poco) fue no incrementar el tamaño del estado (y sus gastos) EN LA MISMA O MAYOR PROPORCIÓN que aumentaba la riqueza en el país, a la vez que reducía los impuestos para aumentar la recaudación. Ese aumento en la recaudación le permitió ,aun a costa de aumentar sensiblemente el gasto público, presentar unas cuentas equilibradas. Si tenemos en cuenta que además gran parte de esa riqueza, era un crecimiento en falso ( burbuja) tenemos que esos gastos estructurales nos pesan hoy como una losa. Claro que comparado con lo que vino después, al señor Aznar le podían haber dado el título de liberal del año, pero solo por comparación. Alguien vendrá que bueno te hará. Saludos cordiales.
Tenga en cuenta que aumentar el gasto por debajo del crecimiento es una vía de reducción y/o contención del gasto público muy eficiente. En Suiza o Chile han conseguido limitar el tamaño del Estado gracias, en parte, a este enfoque. Un saludo.
Muy cierto, tiene Vd. toda la razón, esa es una forma eficiente de contención del gasto, pero solo si parte de dos premisas: a) Partes de un estado con un tamaño relativamente moderado. Si el tamaño del estado hubiera alcanzado un tamaño optimo, entonces sería incluso deseable que los gastos aumentaran en la misma proporción que el crecimiento. Pero cuando el estado ya ha superado con creces un tamaño aceptable, dicha vía (aumentar el gasto por debajo del crecimiento) es una forma de retrasar el necesario ajuste. b) El crecimiento del país, es sólido y no esta basado en un endeudamiento masivo. Si esto no se cumple, tus incrementos de gasto se están basando en crecimientos falsos o fallidos y a la larga (años después) acabaran creando déficit, no conteniéndolo. No se si Chile y Suiza partían de esas dos premisas, pero en la España de Aznar no se daban. No se puede defender aumentos del gasto por debajo del crecimiento como medio de contención del déficit en situaciones de tipos de interés artificialmente bajos y sistemas productivos totalmente distorsionados. Eso no es óbice para reconocer los meritos que en materia tributaria realizo el gobierno de Aznar. Por mi parte reconocidos quedan. Un placer intercambiar opiniones con Vd. Saludos liberales.
Para el señor de los anillos: http://www.libremercado.com/2012-12-04/fundacion-heritage-los-subsidios-agricolas-perjudican-a-los-pobres-66630/
recomienda a Obama elevar el IRPF al 91% en EEUU. - España y la “curva de Laffer”. - La austeridad de David Cameron, ¿mito o realidad? - La ‘cruzada’ de Zapatero contra los
Aznar es sin ningún género de dudas el mejor presidente de la democracia. Mucho me temo que Rajoy no está a su altura sobre todo en temas económicos. No olvidemos que Aznar no tenía conocimientos económicos solo de oidas, era un inspector tributario con experiencia, creo que en Logroño, y que incluso llegó a dar clase a opositores a hacienda. Rajoy, a pesar de ser un brillantísimo registrador de la propiedad, a mi entender a cometido un grave error al dividir la cartera económica entre Guindos y Montoro, cuando lo que debería haber hecho es crear una vicepresidencia económica única con pleno mando en plaza y más conforme está la situación. Ha subido todos los impuestos sin distinciones, y ha hecho una amnistía tributaria criticada por todos los inspectores. El afán recaudatorio de este gobierno es inmenso. De momento se salva porque el recuerdo de Zapatero aún está presente, y es imposible hacerlo peor.
Donde puse "a cometido" quise decir "ha cometido"; y aprovecho para criticar la ley de tasas judiciales. Una cosa es que fuese necesario subirlas, y otra cosa es el auténtico despropósito que ha introducido el gran amante de la recaudación Gallardón, al que yo no confiaría ningún ministerio por la avidez recaudatoria que demostró en Madrid.
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establecer un salario mínimo y endurecer el despido para proteger a los trabajadores, o subir los impuestos para recaudar más, o, de manera más general, cuando nos lamentamos porque el mundo va cada vez peor debido al escaso
dejando fuera del análisis ideas más polémicas o menos generalmente aceptadas, como la curva de Laffer y sus implicaciones. Aun dejando fuera del mismo los proyectos más llamativos