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Adiós, ladrillo, adiós

Read my lips: no more taxes

Si twitter tuviera sonido, ayer los decibelios habrían superado todos los niveles conocidos. El cabreo entre los votantes del PP, especialmente los liberales, era tan histórico como el propio Plan de Ajuste anunciado por la Vice. “¡Nos han mentido!” era la acusación más suave.

Mientras tanto, a la misma hora, varios millones de españoles –parados, en especial los de larga duración, y pensionistas- respiraban aliviados. Los opinadores y periodistas de izquierda no entendían bien lo que pasaba, pero se sentían ciertamente a gusto –dentro de lo malo- con el recorte anunciado: “Está muy bien, eso sí, que la subida sea a los impuestos directos, y no a los indirectos: es más justo así”, decía textualmente Nacho Escolar. La izquierda había afilado sus puñales y rellenado sus cartucheras para un combate que, se temían, estaría centrado en recortes sanitarios, educativos o de otra materia similar comprendida en eso que hemos dado en llamar Estado del Bienestar. Pero no se imaginaban que el recorte acabara teniendo como objetivo los ingresos de los españoles, en especial los de las clases media y media-alta.

Como era de esperar ni se han limitado a contemplar el lío interno, ni mucho menos han decidido apoyar a Rajoy (¿acaso lo esperabas, Mariano?). Les ha bastado poner en evidencia lo que los propios liberales ya han hecho: la ruptura de su promesa electoral.

Soraya, en la puesta en escena, lo ha bordado. Recuerdo que en la primera legislatura “se le notaba” demasiado. Ahora ya no. La niña de Rajoy es ya toda una mujer y, si consigue no quemarse en esta previsible aciaga legislatura, apuesto a que heredará el Partido, o al menos lo que quede de él (sí, Alberto, tu tiempo pasó).

La Vice nos ha vendido muy bien el “inicio del inicio”: Nosotros no queríamos pero, claro, resulta que nos hemos encontrado una burra vieja en lugar de un purasangre. Y, claro, recortar 40.000 millones de euros no es lo mismo que 16.000. Así que, hala, un esfuercito especial y -ojo al dato- transitorio y todos tan amigos.

No es que vaya de pitoniso, pero no me ha sorprendido lo más mínimo. Es más, estaba esperando a ver cuándo y cómo nos lo decían. La fecha también ha sido cuidadosamente elegida: hoy por la noche, el que más y el que menos acabará piripi, el domingo veremos el concierto de Viena, y la semana que viene pleno: Copa, Liga y Reyes. Y medio Madrid se irá a esquiar. No se olvidará claro –nadie olvida el día que pierde la virginidad, especialmente si es por retaguardia-, aunque se diluirá entre otros recuerdos más gratos. Y no digo nada si encima a la prima de riesgo le da por bajar o a la bolsa por subir.

Como bien dice John Müller, el PP es, antes que nada, democristiano. Algo acomplejadete (véase lo que están tardando en manifestarse sobre el aborto, o los titubeos de Ana Mato para llamar violencia familiar a la que Pajín define como de género) pero democristiano, al fin y al cabo. “Que paguen más los que ganan y tienen más”. Como si la economía fuera un juego de suma cero.

En todo caso, tengo la impresión de que han tenido la sensatez de elegir elevar impuestos que no son tan penalizadores del consumo como lo habría sido el IVA o de la inversión como sería Sociedades. Realmente la bajada de Sociedades y, sobre todo, la exención para el caso de reinversión, son incentivos muy poderosos para la empresa, y lo digo con conocimiento de causa pues me afecta muy directamente.

Lo del IBI es lioso y hasta cierto punto incongruente, como bien explica Daniel Montero en este buen post que publicó apenas unas horas después del anuncio, pero no podemos esperar otra cosa en una medida que se aplica a millones de personas a la vez. Con todos los impuestos pasa un poco lo mismo si entramos al detalle.

Del tema Sinde y canon, que admito desconocer, me da la sensación de que intentan tomarnos el pelo. Eliminan el canon, pero lo sustituyen por subvenciones; hablan de “protección judicial”, pero quien decide el cierre de una web es una comisión política. La excusa, los compromisos internacionales. Algo parecido a lo que dirán dentro de unas semanas para colocarnos la subida del IVA. Al tiempo.

El PP era consciente del desfase en el deficit. No en vano procede en su mayor parte de las administraciones regionales y locales. Y en casi todas ellas gobierna el PP desde hace meses. No quiero decir con esto que sean los responsables de las cuentas –bastante han hecho con levantar las alfombras allí en donde han aterrizado- pues sólo lo son de aquellas en donde ya venían gobernando, pero sin duda sabían mucho antes del 20-N lo que hoy se ha anunciado. Y si no es así, ¿de qué habló el Presidente con Timothy Geithner? ¿Y con Merkel? ¿Cuál era el Plan que tanto les gustaba?

George Bush padre perdió su reelección como Presidente de los Estados Unidos por decirle al pueblo en campaña electoral: “Read my lips: no more taxes” (leed mis labios: no habrá más impuestos”). Pero luego los subió. Y los americanos se lo hicieron pagar. Él también tenía sus razones poderosas para justificarlo.

Y ahora mi opinión personal: al igual que González hizo lo que tenía que hacer cuando nos metió en la OTAN, Mariano Rajoy nos va a sacar de la crisis. Es un Presidente responsable, de los que incumplen sus promesas “medios” para cumplir sus promesas “fines”. Tiene un Plan. Un plan completo del que hoy sólo nos ha ofrecido una pequeña parte. El Presidente también maneja los tiempos, y sabe ser dueño de sus silencios.

Feliz año nuevo. No olviden de pedir vaselina a sus Majestades de Oriente

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