Hace un par de semanas los medios publicaron una de esas noticias creadas desde los gabinetes de prensa de las entidades financieras con las que pretenden mostrar su lado más humano: “’La Caixa’ construirá y alquilará 1.142 pisos para familias con pocos ingresos”.
La situación es la siguiente: el promotor que no puede hacer frente a sus deudas con la Caixa, le entrega solares o promociones iniciadas a cambio de cancelación de deuda (o sea, dación en pago). La Caixa pasa esos activos a una sociedad cien por cien de la caja, Servihabitat, que es la que se dedica a la gestión de los inmuebles de la entidad. Y ahora viene lo interesante: Servihabitat vende los activos a La Obra Social de la Caixa. Es, pues, la Obra Social la que acomete las promociones y la que posteriormente las alquila a las familias con pocos ingresos.
Una de las cosas que diferencia a los bancos de las cajas es que estas últimas no son “de nadie”, no tienen accionistas. Los bancos, de su beneficio contable, una parte la destinan al dividendo, que es la remuneración del accionista. Las cajas, mientras tanto, atribuyen una cantidad equivalente a la Obra Social. Es decir, revierten a la comunidad una parte del beneficio. ¿Cómo? De múltiples maneras: residencias de ancianos, centros de día, centros culturales, exposiciones, rehabilitación del patrimonio cultural, etc.
Lo cierto es que cuando leí esta noticia lo único que pensé fue: ¿y porqué no, en vez de construir más viviendas –con todas las que hay en stock-, ponen en alquiler a precios bajos las que YA tienen terminadas? Y no le dí más importancia.
Resulta que tengo un amigo –que suele ser malpensado- que me dijo hace unos días: “¿Has oído lo de la Caixa? ¡Vaya golfos!”. “¿Por qué?”, le pregunté extrañado. “¡Hombre! No me digas que no hay que tener jeta para colocarle los solares a la Obra Social…” Y me dio que pensar: visto así, algo de razón tiene mi amigo.
Pongamos que en vez de una caja, fuera un banco. Es decir, que el banco, en lugar de repartir dividendo al accionista, utilizara ese dinero para sacar adelante algunos de los solares que le pudren el balance ¿pensaría mi amigo igual? Así que le trasladé la pregunta y esto fue lo que me contestó: “No es lo mismo. Si un banco decide no dar beneficios un año para sanear balances, chapeau; pero es que, en este caso, el beneficio lo está dando y lo está atribuyendo a la Obra Social, la cual utiliza posteriormente para quitarse un muerto de encima: más que la Obra Social de la Caixa parece la Obra Social para la Caixa”
Y vosotros ¿qué pensáis?