Comprendo que alguno se sorprenda de la defensa del libre mercado como el mejor modelo para las relaciones socioeconómicas tras la crisis subprime. Sin querer faltar al respeto a los que piensan justo lo contrario, me atreveré a decir que este es un pensamiento “importado”, una de esas mentiras que repetidas un millón de veces acaba pareciendo verdad. Y lo entiendo: la gente no disponemos del tiempo suficiente para formarnos nuestras propias opiniones para todo lo que acontece, por lo que delegamos en terceros que consideramos de nuestra confianza (como un periodista, un escritor, un político, etc.). Intentaré ser breve para defender mi postura en el post de ayer:
Ya veis que comencé explicando que “En Estados Unidos, donde nada es perfecto, (…)”. No existe la democracia perfecta, ni el mercado perfecto –el hombre es imperfecto-, pero eso es una cosa y otra renunciar a su perfeccionamiento y mejora constante y en América esa voluntad de mejora existe.
La crisis subprime, desde mi punto de vista (y he leído mucho sobre el tema) tiene, en su origen, tres causas principales, una macro, otra política, y una última relacionada con el tema hipotecario/inmobiliario.
1) La macroeconómica: Alan Greenspan y la Reserva Federal mantuvieron los tipos de interés bajos por demasiado tiempo, lo que contribuyó a que la deuda se disparase como nunca. ¿Por qué? Porque pensaban que “todo estaba controlado”. Es decir, como el IPC apenas subía, no percibían los riesgos de su laxitud. Lo que no quisieron ver es que la inflación era baja porque los que producían todo lo que los americanos consumían eran los chinos, a unos costes ínfimos. Por razones que no vienen al caso, la vivienda no forma parte de la cesta de la compra, así que no computa como inflación. Un autoengaño. Un fallo del sistema que en mi opinión responde a un paradigma macro que quedó desfasado por la globalización.
2) La política: G. Bush embarcó al país en un par de guerras con un coste enorme. ¿Y cómo lo financió? Endeudando al Estado. Una decisión muy poco liberal y que ahora están pagando caro. Se podrá discutir si esas guerras eran o no necesarias; quiero decir que a veces un gobernante tiene que tomar una decisión que puede poner en riesgo las vidas y haciendas de sus ciudadanos, que es como decir que la seguridad/libertad de la nación son valores que están por encima de la salud de la economía. Pero eso es otra discusión.
3) Las hipotecas subprime: Los bancos americanos se cuidan muy mucho de conceder hipotecas a ‘ninjas’ sin ton ni son, salvo cuando aparece la garantía del… Estado. Me explico: en América existen dos instituciones privadas y cotizan en Bolsa- Fannie Mae y Freddy Mac- que, sin embargo, cuentan con la garantía del Gobierno (técnicamente se denominan “government-sponsored enterprise”). Estas instituciones se dedicaban, durante el boom, a adquirir las hipotecas de los ‘ninjas’ a los bancos comerciales. El banco comercial no asumía ningún riesgo, pues enseguida que contrataba una hipoteca con una familia de bajos e irregulares ingresos, el Estado la adquiría. Papá-Estado. Ni siquiera los americanos son tan liberales como presumen. (Sobre el mecanismo completo de las FM podéis leer este post).
Concluyendo: lo mismo que libertad no es libertinaje, libre mercado no significa capitalismo salvaje, ni capitalismo “crony”, ni hacer lo que a uno le apetezca. Exige reglas de juego claras, precisas y justas; así como un sistema punitivo riguroso.
Lo que nos pasa en España es que ideológicamente no hemos progresado desde los años treinta. Los jóvenes que se supone son los mejor educados de nuestra historia repiten consignas trasnochadas. ¿Por qué no emulamos a americanos o europeos del norte? El chip de ahora es “que el Estado me lo dé todo hecho”; y al que tenemos que cambiar es al de “facilítame el camino y provéeme de herramientas para que YO me busque la vida”.
Y, por cierto, la manera en que EEUU está intentando arreglar la crisis es muy poco liberal. Han tirado de rescates, de hiperendeudamiento, y de darle a la maquinita de los billetes. Inspirado en el economista de moda, el keynesiano Krugman, Obama ha optado por un camino que, antes o después, se volverá a encontrar de nuevo con los problemas. Pero entonces ya no habrá capacidad de endeudamiento. Como dijo hace unos días Trichet, “los ciudadanos no consentirán nuevos rescates con dinero público”. Ya veremos.