Para hoy había previsto hablar de las medidas económicas que Rubalcaba planteó el sábado como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales. Pensaba titular algo así como “¿Alfredo? ¿P punto? No. Rubalchávez” así que ya se imaginarán lo que pienso de ellas. Pero el tema candente es otro. Vamos allá:
Primero: Nosotros mismos nos hemos metido en la boca del lobo.
Nadie nos ha puesto la pistola. Durante la década pasada nos endeudamos morbosamente, hasta alcanzar unas cifras insostenibles. Y ¿qué es la deuda? Dinero del futuro. Dinero que tenemos que devolver con nuestros ingresos futuros.
Segundo: La situación de endeudamiento de hoy es mucho peor que la de 2008.
Al inicio de la crisis, la deuda privada del país era bestial, cerca de un 300% del PIB. Mientras tanto, la deuda pública era muy baja, del 35%. A fecha de hoy, la deuda privada sigue siendo la misma, y la pública se ha duplicado.
Tercero: No crecemos.
Llevamos tres años, o decreciendo, o creciendo cero.
Conclusión: Tras haber dilapidado enormes cantidades de dinero que no han servido para nada, nuestra situación es mucho peor que al principio de la crisis y, dado que no crecemos, los que nos prestan el dinero para seguir sobreviviendo dudan de que seamos capaces de devolverlo en tiempo y forma.
¿Debemos culpar a los “mercados”, los “especuladores”, las agencias? ¿No somos responsables de lo que nos está sucediendo?
Y lo más triste de todo, es que la mayoría del dinero que debemos a nivel privado se usó para comprar unas casas que llegaron a costar lo que costaron fundamentalmente por una razón: la generalización del tipo variable y la amortización infinita. O sea, que tuvimos que pedir prestado el doble de lo que hubiera sido necesario en un mercado hipotecario conservador como es el alemán o el francés.
¿Existe alguna solución a esto? Más Europa.
Y pongo un ejemplo. ¿Qué suerte habrían corrido Andalucía, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana o Cataluña si fueran Estados independientes? La misma que Grecia. Sus cuentas son insostenibles. Sin embargo, el hecho de formar parte de una entidad superior, más fuerte y diversificada como es España, las ha mantenido a salvo (hasta ahora).
Si cualquiera de esas comunidades autónomas fueran independientes fiscalmente hablando, los mercados se habrían cebado con las más débiles, y de rebote, los bancos de la “Zona España” estarían tocados de muerte; y todos las CCAA caerían como fichas de dominó. La política fiscal independiente es el Caballo de Troya del modelo.
Vean ahora este gráfico. La deuda pública sobre el PIB de los países de la eurozona es del 85%. Una Eurozona con capacidad para crecer cerca del 2% liderada por “regiones” como Alemania, Holanda o Francia. ¿Serían tan vulnerables el Euro o Grecia si la Unión fuera algo más que Monetaria? Otro ejemplo: en los últimos años se viene hablando de que California está quebrada. ¿Ha sucedido algo al respecto? No. Al cobijo de los USA, California no deja de ser uno más de los cincuenta estados que conforman la Unión.
Una moneda única sin política económica única no funciona. La situación obliga a tomar una decisión valiente, audaz, y definitiva. La Europa Unida a la que nos encaminamos desde los años cincuenta debe dar un salto cualitativo. Como en las relaciones, primero te conoces, luego compartes tiempo y otras cosas, e incluso cohabitas. Y llega un momento en que o tiras para adelante y te casas, o la relación entra en punto muerto y agoniza. Ha llegado la hora del matrimonio europeo. O de la ruptura. Del Euro, claro.