Colabora


Adiós, ladrillo, adiós

El establishment se tambalea: PP y Banca a palos por la burbuja

El domingo 10 de junio la periodista  Mar Díaz Varela contó en un esclarecedor artículo en La Vanguardia lo que muchos intuíamos desde 2008:

Se produjo una conspiración del silencio. El gobierno negó rotundamente la crisis. El sector financiero se enrocó asegurando que eran las entidades más seguras del mundo. Prensa, economistas y líderes de opinión se conjuraron para no alarmar a la opinión pública y evitar que se pinchara la burbuja inmobiliaria ‘de forma descontrolada’.”

¡Qué lejos quedan ya esos tiempos! Y, sin embargo, hasta hace apenas unos meses ese seguía siendo el discurso oficial. El segundo decreto ‘De Guindos’, que precipitó la caída de Bankia y la sustitución del Banco de España por Oliver Wyman en su labor supervisora de la banca, terminó con esa ficción que nos ha salido y nos seguirá saliendo carísima.

La trama inmobiliaria salió por fin del armario y los jueces han comenzado a meter sus navajas por las grietas del cascarón podrido, con mucha menos resistencia de la que cabía esperar. Las elites de la política siguen comportándose, sin embargo, como si la cosa no fuera con ellas. Sabedoras de que la tercera burbuja por explotar es la político-administrativa (como acertadamente describe Rallo en su último libro), se agarran como desesperados náufragos a la borda de la embarcación alemana, confiados en que “son demasiado importantes para ahogarse”. No se dan cuenta de que el alemán no es un transatlántico donde quepan todos, sino un elegante pero modesto bergantín que no soportaría el peso ni la gula de los panzudos latinos. Mientras tanto, pretenden hacer olvidar la falta de pan con más circo. En efecto, además del fútbol, ahora también tenemos banderas, naciones, lenguas,… cojan el mando y cambien de canal, hay para todos los gustos.

Sin embargo, el monolítico discurso ya no lo es tanto, la necia conjura de las altas esferas titubea: el miércoles 12 se produjo el primer gran cruce de acusaciones entre, ojo, nada más y nada menos que la gran banca y el gobierno. A puerta cerrada –todavía no han traspasado la línea roja de la luz y el taquígrafo, pero todo llegará- Miguel Martín, cabeza de la patronal banquera AEB, le escupió al gobierno que una de las causas fundamentales de la burbuja fue la ley aznarí que facilitó el cambio de hipotecas de tipo fijo a tipo variable (lo cual es cierto, por otra parte). A tal afrenta respondió Vicente Martínez Pujalte recordando al bueno de don Miguel que, ¡oh casualidad!, en aquel momento él era (agárrense) el Subgobernador del Banco de España.

La anécdota es más que una anécdota. Es la constatación de que España entera ha sido expoliada por lo que finamente ahora se denomina “las élites extractivas”, más conocida como “la casta”. Pero no olviden una cosa: tenemos lo que nos merecemos, que no es más que el reflejo de lo que somos.

Os recuerdo que podéis leerme semanalmente en idealista. Mi último artículo, sobre el BBVA y su negativa a entrar en el ‘banco malo’.

Lo más popular

  1. Anabel Pantoja y David Rodríguez, pillados en el juzgado de guardia de Las Palmas
  2. La Abogacía General del Estado intenta anular el volcado de un móvil de Álvaro García Ortiz
  3. El sobre de Aldama guarda cupos de PDVSA de 250 millones de dólares para financiar la Internacional de Pedro Sánchez
  4. Todas las claves de la derogación del polémico decreto antidesahucios: qué debes hacer ahora para echar a tus okupas
  5. Begoña Gómez forma parte de un think tank promovido por Transición Ecológica para la España rural

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario