El Banco de España y, en concreto, su Gobernador -Miguel Ángel Fernández Ordóñez- ha hecho público un powerpoint el día 21 de febrero con el título “La restructuración del sistema bancario español y el RD-ley para el reforzamiento del sistema financiero”. Con 47 “slides”, el gobernador hace un repaso de lo sucedido hasta la fecha en relación con la crisis financiera, explicando y poniendo en valor todas las medidas adoptadas por el BdeE y el Gobierno desde entonces, así como las bondades del reciente ejercicio de transparencia y del Real Decreto que acaba de entrar en vigor.
De todo el texto, me quedo con lo que he transcrito a continuación dada la transcendencia que, bajo mi punto de vista, tiene la opinión que el BdeE ha expresado sobre la situación hipotecaria española (pág. 22):
“Por otro lado, pese al ajuste del mercado inmobiliario en España, la cartera hipotecaria minorista no plantea un problema
- Su morosidad es, e históricamente ha sido, baja
- El loan to value medio de la cartera es de un 62%, y se distribuye homogéneamente entre entidades
- El negocio hipotecario en España es “sencillo” y la entidad dispone de garantías adicionales sobre el bien hipotecado
Por todas estas razones, el importante porcentaje de las hipotecas sobre la inversión crediticia total -39%- es uno de los factores de solidez del sistema bancario español.”
Traducido a román paladino, el BdeE dice que cuánta mayor sea la exposición de la banca a hipotecas, mayor será la solidez de nuestro sistema financiero. Como lo oyen.
Amén de animar a los bancos y cajas a seguir enladrillando el futuro de los españoles, los tres argumentos que sostienen esta afirmación son, cuando menos, dudosos. Vayamos por partes:
La morosidad. El dato oficial es, en efecto, relativamente bajo. Se sitúa en el 2,6%. Sin embargo, hay dos hechos que conviene tener en cuenta para tener una foto más fidedigna (y que ya he denunciado en otros posts): i) Por un lado, desde que empezó la crisis se han firmado cientos de miles de hipotecas nuevas que -por su juventud y fantásticas condiciones- han mejorado la visión global del total de hipotecas concedidas: así, las fallidas sobre el total concedidas representan un porcentaje menor. ii) Por otro lado, en ninguna parte he encontrado datos sobre cuántas hipotecas, sin haber entrado todavía en mora, se pueden considerar dudosas o bajo observación. En este sentido, he hablado con un director de zona de una entidad financiera importante. Ésta ha sido la conversación: “Por cada hipoteca que entra en mora, ¿cuántas tenéis que estén al borde?”, le he preguntado. “Así, a ojo, te diría que entran en mora un 5%”, me ha respondido. “O sea, que por cada uno, ¿tienes 19 “peligrosos”?”, he insistido. “Pues… sí, más o menos”. “Oye, y ¿qué hacéis con éstos?” “Animarles a que sigan pagando”.
Supongamos que este director de zona esté exagerando. Supongamos que su zona corresponda a un perfil social más afectado por la crisis. Asumiendo que la media nacional fuera la mitad -uno de cada 10- quiere esto decir que los dudosos o en observación representarían el 22,5% de la cartera hipotecaria minorista. Brutal. Demoledor.
Loan to value, es decir, el porcentaje del valor del activo cubierto por el préstamo. Sobre este dato, también dos consideraciones: i) La primera, que estamos hablando de un valor medio que, por tanto, incluye muchísimas hipotecas firmadas en los años noventa e incluso antes. Éstas respondían a un perfil conservador (tipo fijo, y plazos que nunca superaban los 25 años). ii) La segunda, que no es del todo cierto que se esté fijando ese porcentaje sobre el valor de mercado actual del activo. Se está haciendo sobre el valor de adquisición (o, como mucho, sobre el valor de tasación).
Si, como dicen diferentes informes de otras tantas consultorías, los precios han bajado realmente del orden del 30%, es fácil colegir que el loan to value actual es del 92%. Si detraemos del total aquellas hipotecas que han sido concedidas con anterioridad al año 2000, no hace falta ser un lince para concluir que el crédito total estaría por encima del valor de mercado del total de las viviendas financiadas desde ese año. Dramático.
Negocio “sencillo” y con garantías adicionales. Las comillas en “sencillo” no son mías, sino que están en el propio powerpoint. ¿Será una fina ironía del regulador? ¿Qué quiere decir con esto?
En lo de las garantías adicionales tiene razón. La Ley Hipotecaria les protege. Pero los pilares sobre los que se sustenta empiezan a tener fisuras. Todo empezó con la Audiencia Provincial de Navarra. Luego, las asociaciones de jueces. Más tarde, otros juzgados. Después, algunos partidos políticos (minoritarios, eso sí). Últimamente, la Federación Española de Municipios y Provincias. Los foros de Internet están que arden con la famosa dación en pago. Ayer, sin ir más lejos, la noticia más vista y comentada de El Economista se titulaba “Le entrego mi casa y déjeme en paz”. Sintomático. Las asociaciones de consumidores (Adicae, Plataforma de Afectados por las Hipotecas) están en pie de guerra.
El BdeE no quiere oír ni hablar de todo esto. Es más, el mensaje que se desprende de su powerpoint se podría traducir en algo así como: ¡Señores de la banca, aprovechen que el euribor está bajo y coloquen hipotecas a diestro y siniestro: transformen su riesgo-promotor en riesgo-hipotecario! -que, por lo visto, no es “riesgo”-.Y vaya si lo están haciendo. De nuevo el plan consiste en socializar las pérdidas. Y el pueblo preocupado por que hay que ir a 110 (cuando hace tiempo que nos llevan en burro).