El Círculo de Economía ha escenificado esta semana el desacuerdo que existe entre Gobierno y oposición en materia de vivienda. Así, mientras el viernes Mariano Rajoy defendía la bondad de la desgravación fiscal para la adquisición de vivienda habitual, el sábado Miguel Sebastián arremetía contra el PP precisamente por esto.
Es curioso –y lo digo sin acritud- cómo Miguel Sebastián utilizó para defender su postura los mismos argumentos (ley del suelo, condiciones laborales) que en el famoso video de Españistán inducen a pensar que la burbuja fue por obra y gracia de los Gobiernos del PP: “¿Qué quieren? ¿Quieren volver al trabajo precario, a destinar el ahorro al ladrillo, a desviar fondos del I+D?” Y también: “Este Gobierno fue el primero que ha eliminado la desgravación por la compra de vivienda. Además, se cambió la Ley del Suelo, de manera que el Gobierno afrontó el cambio de modelo que debía afrontar la economía española”.
Mucha demagogia para tratarse de un público elitista como es el del “Cercle d’Economia”. En efecto, este Gobierno aprobó en 2007 una nueva Ley del Suelo. Yo siempre digo que uno de los efectos colaterales positivos de la crisis es que no ha habido lugar para su desarrollo. En “Adiós, ladrillo, adiós” explico las razones que resumiré en dos adjetivos: intervencionista y confiscatoria.
Sebastián tampoco yerra al decir que su Gobierno ha sido el primero en eliminar la desgravación fiscal. Lo que ha omitido –aunque todos lo sabemos- es que lo ha hecho hace apenas seis meses.
El ministro del ramo, José Blanco, ha afirmado en todo momento desde que asumió el cargo que el principal problema al que se enfrenta el sector es el de la digestión del stock. Dicho esto, la única medida que ha tomado bajo su mandato –aparte de la dudosamente productiva gira europea para anunciar las bondades de invertir en vivienda turística- ha sido la de eliminar (o, mejor dicho, reducir) la desgravación fiscal por compra de vivienda habitual. ¿Es esto un incentivo para la reducción del stock? No. Más bien todo lo contrario. Como me decía hace unos días un amigo en Twitter, cuando un sector está en crisis, o lo dejas como está, o le proporcionas ayudas. Lo que no se puede hacer en ningún caso es quitárselas.
En mi opinión, la desgravación fiscal dejó de tener sentido allá por 2000 o 2001. En el debe del Gobierno de Aznar incluyo esta omisión que sin duda contribuyó a recalentar el sector. Del mismo modo, Zapatero ha estado siete años conviviendo con la desgravación sin decir esta boca es mía, a pesar de la oposición de miembros tan relevantes de su Gobierno como la que fue ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo. Y cuando ha decidido suprimirla lo ha hecho no por un supuesto “cambio de modelo” económico, sino como un elemento más dentro del paquete de medidas de ahorro impuesto desde Alemania –ahorro que en este caso es el chocolate del loro-.
Dicho esto, ¿debe Rajoy recuperar la desgravación cuando –como todo parece indicar- llegue al poder? Por un lado, parece lo adecuado por las razones mencionadas. Pero, por otro, me asaltan las dudas: la supresión, aunque a corto plazo ha provocado el desplome de ventas, también está acelerando el ajuste de precios. ¿Qué opináis?
En cualquier caso, si Rajoy la lleva a cabo, debería:
- Decir claramente si va a tener o no efecto retroactivo, pues en el caso de que así fuera las familias que ahora están esperando tendrían más incentivos para lanzarse a comprar.
- Articular un paquete más completo para reactivar el mercado. Esta medida, aislada, no es más que un parche.
En este sentido estoy esperanzado con las declaraciones que un ministrable como Luis de Guindos hizo, también en Barcelona, la semana pasada: “Ya es hora de que los bancos reconozcan de una vez las pérdidas latentes en sus balances: los 120.000 millones de suelo, dejarlos en la mitad” A ver si es verdad.