En escasas semanas, el gobierno de España habrá rematado la puesta a punto de su "contrarreforma laboral". Además, la subida del salario mínimo anunciada por el Ejecutivo añadirá aún más rigidez al mercado de trabajo. Estos dos avances llegan precisamente en un momento en el que el mercado de trabajo empieza a mostrar signos de deterioro.
En febrero, la Seguridad Social cree que se crearán apenas 20.000 empleos, frente al promedio de 100.000 de los nueve últimos meses. Pero este no es el único indicador que está girando a peor. A continuación se describen cuatro aspectos problemáticos del desempeño laboral de los últimos meses:
1. Se adelantan los contratos fijos.
El empleo fijo, que tradicionalmente supone menos del 10% de los contratos firmados, ha aumentado súbitamente su peso relativo. En enero, coincidiendo con el anuncio definitivo de la "contrarreforma laboral", pasó a suponer el 15% del total de contrataciones. Este repunte indicaría que las empresas están acelerando contrataciones previstas para el primer semestre del año, con ánimo de cerrar sus nuevos fichajes laborales bajo la legislación de trabajo implementada por el PP, evitando así la "contrarreforma laboral" de PSOE y Podemos.
2. El empleo indefinido tiende a ser a tiempo parcial.
En enero también se pudo comprobar un repunte significativo en lo tocante a la duración de la jornada de los nuevos contratos indefinidos. Para ser precisos, el 40% del nuevo empleo fijo se cerró bajo fórmulas de trabajo a tiempo parcial o dentro de la modalidad de fijos discontinuos. De nuevo, esto indicaría que el empresariado pretende darse a sí mismo una mayor flexibilidad a la hora de organizar sus recursos humanos, adelantándose en lo posible a la aplicación de la "contrarreforma laboral".
3. El gobierno reconoce que el SMI está destruyendo empleo.
El ministerio de Economía ha admitido en una memoria de impacto económico que elevar el salario mínimo interprofesional ha hecho que 36.000 personas perdieran su puesto de trabajo de forma directa. Es importante recalcar que la nota del departamento de gobierno que dirige Nadia Calviño solo considera los despidos de trabajadores que percibían el coste laboral básico, pero no mide el efecto expulsión que tiene el SMI en los desempleados que, debido al encarecimiento de la contratación, se ven obligados a seguir en el paro. Obviamente, la nueva subida del salario mínimo interprofesional, que aprobó ayer martes el Gobierno, solo agravará la situación.
4. Las pymes reducen su número de contratados.
Las grandes empresas han enfrentado menos dificultades que el resto de mercantiles para operar en plena pandemia. En 2021 y 2022, las grandes empresas crearon más de 340.000 empleos, mientras que las pequeñas empresas se dejaron más de 10.000 puestos de trabajo. No solo eso: desde el estallido de la pandemia han desaparecido 60.000 compañías, la mayoría de ellas pymes. Además, desde que Sánchez está en La Moncloa, el empleo público está creciendo cuatro veces más que el empleo privado. Por tanto, las fuentes de creación de nuevos puestos de trabajo se están debilitando: las grandes empresas ya han hecho un esfuerzo importante, las pymes están en una situación muy delicada y el sector público lleva años engordando.