Libre Mercado alertó a finales de 2021 del coste que tendría la subida de los precios en la recaudación del IRPF. Este diario estimó que el aumento del IPC supondría 370 euros de presión fiscal adicional sobre los trabajadores españoles. Esta cifra debería sumarse al efecto de la no deflactación del IRPF entre 2008 y 2019, un golpe equivalente a 480 euros por declaración.
El director del Instituto de Estudios Económicos, Gregorio Izquierdo, señaló a comienzos de febrero que cada punto extra de IPC se traduce en 800 millones de euros de recaudación adicional. "La importancia la progresividad en frío en la actual coyuntura inflacionaria es tal que, en la práctica, estamos ante uno de los grandes determinantes del aumento de la recaudación", explicó Izquierdo al diario El Mundo.
En la misma línea, esta semana se ha conocido una nueva estimación del efecto que tiene la subida generalizada de los precios en las declaraciones del IRPF. Y es que, según un trabajo de José Félix Sanz, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, el trabajador medio va a pagar 200 euros más, siendo la factura total de 4.110 millones de euros.
El trabajo, publicado por la Fundación Disenso, desglosa dos vías de impacto sobre los contribuyentes: casi 1.700 millones derivados directamente de no deflactar las tarifas del impuesto y algo más de 2.400 millones que se explican por la no indexación de los demás elementos del impuesto. Como es lógico, a mayor renta habrá un mayor coste. Así, Madrid sufrirá un golpe de 240 euros, mientras que en Cataluña se producirá un efecto de 225 euros.