Repsol, continúa sus labores de limpieza en el Perú, para borrar la huella de contaminación que produjo el vertido del petrolero Mare Doricum el pasado 15 de enero en las costas del país andino.
Los trabajos de limpieza, que desarrolla en solitario y sin ningún tipo de ayuda del Gobierno peruano la compañía española, están cerca de finalizar, con la totalidad de las aguas limpias y casi todas las playas.
Ahora, los responsables de Repsol están tratando de esclarecer los hechos que provocaron el vertido y, en este sentido, fuentes de la compañía confirman a Libertad Digital que sus abogados han presentado una reclamación ante los propietarios del buque italiano Mare Doricum y sus aseguradoras.
Esta reclamación da el pistoletazo de salida al proceso de cobertura por daños ocasionados por el derrame de 10.000 barriles de petróleo. Además de los problemas de oleaje que sucedieron ese día y que se producían como réplica a la erupción del volcán de Tonga, hay que sumar una previsible mala praxis del capitán del Mare Doricum aquel día, tal y como apuntan todos los indicios, nos dicen fuentes de la compañía.
Así, Repsol no sólo está limpiando las aguas y playas peruanas del vertido, sino que está tratando de esclarecer los hechos que provocaron el vertido y dirimir las responsabilidades. Entretanto, el Gobierno de Castillo, que sigue inmerso en la crisis de inestabilidad que le lleva a nombrar un nuevo gobierno casi cada dos días, continúa sin mover un dedo para contribuir a la rápida limpieza de la zona. Más bien al contrario, algunas fuentes de Repsol lamentan en privado que desde el Gobierno de Perú se dediquen únicamente a culpar a la petrolera española y lamentar lo que consideran la mayor tragedia de su historia. En cambio, no han puesto un solo medio para limpiar el vertido.
El presidente de Repsol Perú, Jaime Fernández-Cuesta, aseguró el pasado viernes ante la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso peruano que la fuga de crudo fue producida por el "movimiento anómalo" del buque petrolero italiano Mare Doricum, cuando se descargaba el hidrocarburo de la terminal 2 de la refinería La Pampilla, ubicada en el municipio de Ventanilla.
"La posición nuestra es que esta rotura, este derrame, se ha producido por un movimiento anómalo del buque", señaló.