El precio del aluminio rozó los mínimos históricos en abril de 2020 y se situó en 1.461 (1.282 euros) por cada 25 toneladas, que es el tamaño del contrato estándar negociado en los mercados financieros. Ahora, la situación es completamente opuesta. A comienzos de 2021 el precio de esta materia prima rompió máximos históricos tras subir casi un 100%. Sin embargo, el rally no cesa y el aluminio ha seguido subiendo hasta superar los 3.300 dólares en la última semana de este 2022, lo que supone una subida muy superior al 100% en menos de 24 meses.
Los motivos que respaldan esta subida son varios, desde una mayor demanda gracias a su aplicación en los diferentes aparatos electrónicos hasta a una reducción de la producción por los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Pekín. La capital de China ha querido mejorar la calidad del aire para albergar este evento deportivo y, por eso, decidieron dejar de producir aluminio durante un periodo de tiempo, mientras que la demanda seguía creciendo. Por otro lado, la incertidumbre y las posibles sanciones económicas que se puedan imponer a Rusia (un mercado importante productor de aluminio) también están repercutiendo el precio de la materia prima.
Ahora bien, ¿cómo afecta esta situación a la vida cotidiana de los ciudadanos? Lo que podemos esperar es un encarecimiento de los dispositivos electrónicos, como los televisores, y los electrodomésticos utilizados en la cocina. De esta manera, aquellos electrodomésticos utilizados comúnmente en los domicilios podrían disparar el precio debido a un mayor coste de la materia prima empleada para la fabricación de los mismos. De hecho, recientemente Atlantic Capital ha advertido que podremos ver un aumento de los precios de estos utensilios de un 4%, algo que se suma al periodo inflacionista en el que estamos inmersos y que está encareciendo considerablemente el coste de la vida.
Por su parte, las compañías podrían ver decrecer los beneficios debido a asumir un aumento del coste para no disparar los precios de los productos y poder seguir siendo competitivos y que no decaigan sus cifras de ventas. Algo que puede afectar, al menos en el corto plazo, al desempeño de estas empresas en el mercado.