El coste de la morosidad para las empresas creció en el segundo trimestre de 2021 un 11,7% interanual, hasta los 1.247 millones de euros, según datos del Observatorio de la Morosidad de Cepyme publicados este martes.
Este comportamiento fue consecuencia del aumento en un 15,8% de la deuda comercial con retraso de pago, hasta los 264.567 millones de euros.
"Esta morosidad tiene un coste para las empresas en términos de dificultades de financiación e intereses de demora exigibles que, con el tipo de interés en el 3%, se estima para este periodo en 1.247 millones de euros, un 11,7% más que en el mismo período del año anterior (1.117 millones de euros)", explica Cepyme.
En el tercer trimestre de 2021, el 70,5% de las facturas emitidas registraron retraso en su pago, un porcentaje ligeramente inferior al registrado en el trimestre anterior y medio punto más que en el mismo período de 2020.
Por lo que respecta al número de días que en media tardan las empresas en pagar sus facturas (Periodo Medio de Pago), éste se situó en 82,5 días en el tercer trimestre, un día más que en el trimestre anterior, y ligeramente por debajo del alcanzado en el tercer trimestre de 2020 (83,3 días).
De esta forma, Cepyme aprecia una "tendencia a la estabilización de la morosidad en tasas elevadas" pese a la reactivación de la economía.
La demora en el pago de facturas incide especialmente en las empresas de menor tamaño, que tienen mayores dificultades de acceso al crédito y que sufren más especialmente la morosidad al ser proveedores, en muchas ocasiones, de otras compañías con mayor tamaño.
Aunque en el tercer trimestre el periodo medio de pago subió en las grandes empresas en 4,2 días, son las que menos tiempo tardan en pagar (68,1 días).
Por su parte, las microempresas redujeron en el tercer trimestre el periodo medio de pago hasta los 76,3 días, frente a los 77,6 días del tercer trimestre de 2020, mientras que las pequeñas lo bajaron a 83,6 días (84,2 en el mismo periodo de 2020) y las medianas empresas pasaron de 85,8 días en el tercer trimestre de 2020 a 84,4 días en el mismo periodo de 2021.
Por ramas de actividad, la construcción y promoción, junto con el sector textil, se mantienen como las actividades con mayores retrasos en el pago, alcanzando los 103,3 y 99,6 días de periodos medios de pago, respectivamente.
Además de en el sector textil, con un incremento del plazo medio de pago de 3,5 días, los mayores repuntes de este indicador se registraron en el sector agroalimentario, con 2,6 días más, hasta los 77 días de media, y en el sector químico, que pasó de 74,7 días en el tercer trimestre de 2020 a 76,8 días en el mismo trimestre de 2021.
Pese a ello, el sector químico, junto con el de distribución alimenticia, son los que presentan los periodos medios de pago más bajos (76,8 y 67,6 días, respectivamente).
Por comunidades autónomas, las que elevaron en mayor medida la morosidad empresarial en términos interanuales durante el tercer trimestre de 2021 fueron Galicia (2,1 días más) y Canarias y Madrid (1,8 días en ambos casos).
Aún así, Murcia se mantiene como la comunidad con el periodo medio de pago más alto (95 días), seguida de Andalucía (90,4 días). En el extremo contrario, Aragón (68 días), Castilla y León (74 días), Cataluña (74,3 días) y La Rioja (75 días) presentan los periodos más bajos, aunque todas superan el margen que establece la ley (60 días).
Cómo paliar los problemas de morosidad
Entre las soluciones que ofrece el mercado para paliar los problemas de morosidad destacan herramientas como Recobrarte, que permite la gestión de morosos de manera ágil, efectiva y económica. Una de las virtudes que ofrece este servicio es que permite a las compañías no tener que incurrir en inversión de recursos financieros y humanos que se hagan cargo de la pesada carga de la recuperación de la mora.
Además en Gedesco, líder en financiación no bancaria, ofrecen otras soluciones como el servicio de Factoring sin recurso que además de conseguir liquidez de manera inmediata, cede el riesgo por impago, de forma que la compañía puede despreocuparse de que esa factura o facturas vengan impagadas ya que la empresa que ofrece el servicio de factoring sin recurso solo puede reclamárselas al deudor.