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Beatriz García

Adoctrinamiento en las aulas y moral fiscal: la Agencia Tributaria se expande hasta tu cerebro

En la creación de la "conciencia fiscal" ciudadana no cabe discusión: o estás con los cobradores de impuestos o estás con los defraudadores.

En la creación de la "conciencia fiscal" ciudadana no cabe discusión: o estás con los cobradores de impuestos o estás con los defraudadores.
Logotipo de la Agencia Tributaria en una mampara en una Oficina de dicha agencia, en Guzmán El Bueno | Europa Press

La Agencia Tributaria prevé desplegar a partir de 2022 una estrategia para extender en la organización el uso de técnicas de análisis del comportamiento del contribuyente al objeto de facilitar su cumplimiento voluntario.

Este es uno de los extractos del Plan de Control Tributario de 2022, un documento que contiene las "directrices generales" de las actuaciones a las que la AEAT piensa otorgar prioridad este año. El texto hace referencia a los tipos de contribuyentes sobre los que Hacienda va a poner el foco, así como al tipo de actuaciones con las que pretende dar caza a los supuestos defraudadores a los que tanto gusta perseguir.

El Plan se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 31 de enero, y en sus más de 50 páginas hay términos que llaman poderosamente la atención, por su significado y por la cantidad de veces que se repiten. El cumplimiento "voluntario" en el pago de impuestos es uno de ellos -como si no hubiera nada más coactivo que el cobro de un tributo-. El análisis del "comportamiento" del contribuyente a la hora de saldar sus cuentas con el fisco es otro de los objetivos que más aparecen en el documento. ¿Qué está tramando Hacienda?

La Agencia Tributaria ha activado una estrategia de persuasión al contribuyente sobre bondades de pagar impuestos. Así, con expoliar el bolsillo del ciudadano no basta: el pagador debe hacer su contribución a las arcas del Estado con el máximo convencimiento. Para ello, utilizarán las técnicas "de análisis y procesamiento de datos" más avanzadas y también una maquinaria propagandística que ya ha empezado a intoxicar desde los colegios. Lo han bautizado como "la educación cívico-tributaria".

Adoctrinamiento en las aulas

La idea es "focalizar" el márketing fiscal de la AEAT entre los menores de edad, a los que califican como "futuros contribuyentes". Así, llegarán a la edad adulta sin cuestionarse la forma en la que el Estado les mete la mano en el bolsillo para apropiarse de su riqueza. "La Agencia Tributaria considera que uno de los puntos de partida en la lucha contra el fraude ha de ser la educación cívico-tributaria, en el convencimiento de que puede servir para incidir en el comportamiento tributario de los futuros contribuyentes", señalan en el Plan de Control Tributario de este año.

Por ello, no dudan en adoctrinar en las aulas, aunque prefieren llamarlo "avanzar en el desarrollo de acciones en el ámbito educativo que fomenten un mejor entendimiento de la necesidad de que toda la sociedad contribuya al sostenimiento del bien común".

Pero la estrategia de persuasión tributaria no se va a quedar en los colegios. Se extenderá sobre cualquier etapa educativa en la que el Estado pueda intervenir. "Durante 2022, se potenciarán las acciones de formación en centros educativos, universidades y centros de profesorado en el marco del programa de educación cívico-tributaria, el desarrollo del concurso nacional para centros escolares, la firma de nuevos protocolos con universidades que permitan, entre otras acciones, la impartición de charlas sobre la materia en las mismas, así como cualquier otra actuación que posibilite un mejor entendimiento del hecho fiscal por los más jóvenes, lo cual redundará en el objetivo último de la Agencia Tributaria, la mejora del cumplimiento voluntario" avanza Hacienda.

Instaurar la "moral fiscal"

Por supuesto, en la estrategia adoctrinadora de la AEAT se ocultan los privilegios del inspector y frente al inspeccionado o los abusos de sus prácticas de hostigamiento. Tampoco se menciona el régimen del terror que vienen sembrado entre unos contribuyentes que quedan completamente desamparados ante las garras del fisco, ya sean inocentes o no. En la creación de la "conciencia fiscal" ciudadana no cabe discusión: o estás con los cobradores de impuestos o estás con los defraudadores.

Por eso, desde el Gobierno, utilizan todo tipo de eufemismos con el objetivo de que niños y adultos se convenzan de que si tienen que pagar más tributos es por "su bien", por un bien "moral" o de "conciencia".

En aras de la instauración de esta doctrina, la AEAT y el Gobierno han llegado a cargar contra campañas de rebajas en empresas privadas, como los días Sin IVA, porque "esta forma de publicidad afecta negativamente a la moral fiscal del contribuyente, al representar al IVA, que el ordenamiento jurídico fiscal regula como obligatorio para todas las entregas de bienes y prestaciones de servicios, como la causa por la que el precio es alto".

"Así, al eximir supuestamente del pago del mismo, el producto se convierte en atractivo. Indirectamente, esta clase de mensajes publicitarios se basan en una asociación negativa del impuesto en la mente del consumidor, como el causante del encarecimiento de los productos, en lugar de representarlo como un instrumento imprescindible del sostenimiento de los gastos públicos, favoreciendo con ello una valoración negativa del sistema tributario y constituyendo así una desleal y engañosa publicidad en relación con los tributos, institución básica del Estado de Derecho", aseguró el Gobierno en una respuesta a una pregunta en el Congreso. En este sentido, la Agencia Tributaria ya se ha puesto manos a la obra y "ha realizado diversas gestiones" para evitar las campañas de publicidad con estos eslóganes. Ni empresas ni particulares podrán librarse de su atentado propagandístico.

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