Es probable que muchos piensen que el alza en los precios de la luz y del gas ha hecho que las compañías eléctricas ganen más dinero o se favorezcan de esta situación, pero, la realidad es bien distinta. De hecho, solo hay que echar un vistazo al listado de comercializadores de luz y gas de la Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia (CNMC) para comprobar la sangría que ha supuesto 2021. Así las cosas, 26 comercializadoras eléctricas y 24 comercializadoras de gas han tenido que cerrar a lo largo del curso pasado.
Los motivos en muchos casos han sido voluntarios y en otros por inhabilitación a petición del Ministerio de Transición Ecológica. Y es que, muchas de estas compañías, en su mayoría pequeñas, no podían ni siquiera comprar en el mercado diario la energía que debían suministrar a sus clientes, un hecho que les ha obligado a echar el cierre de la empresa.
El problema no es otro que las compañías comercializadoras pequeñas e independientes tienen que comprar la energía en el mercado diario para suministrar a los clientes la energía a los precios contratados previamente. Algo que ha supuesto, en la mayoría de los casos, que comprar energía no les saliera nada rentable, ya que tenían que adquirirla a un precio mucho más elevado del que tenían pactado con sus clientes.
Por si esto fuera poco, en 2021 también se ha vivido un encarecimiento de las garantías que estas empresas deben abonar a los reguladores OMIE y REE, unas garantías que se van actualizando y se van ajustado a los precios de mercado. Dos motivos que han hecho inviable la continuidad de estas 50 comercializadoras independientes.
En la tormenta perfecta también se suma el motivo fiscal. Ya que, aunque el Gobierno recortó el IVA de la luz del 21% al 10%, las comercializadoras siguen teniendo que abonar un 21% de las distribuidoras, mientras que solo pueden cobrar un 10% a los clientes. Por tanto, tienen que asumir ese coste extra de forma temporal, hasta que Hacienda logre compensar el desequilibrio.
Con todo, por el momento quedan en pie 400 comercializadoras, muchas de ellas pequeñas y con poca actividad, y 240 comercializadoras de gas, donde las bajas suelen ser menos habituales.