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Castillo carga contra Repsol por un vertido de petróleo mientras la empresa lo limpia y él finge dirigir el operativo

Una negligencia de Castillo, detrás del vertido que limpia Repsol en solitario. El pesidente carga contra la española pero se atribuye el operativo.

Una negligencia de Castillo, detrás del vertido que limpia Repsol en solitario. El pesidente carga contra la española pero se atribuye el operativo.
Labores de limpieza del vertido en la costa peruana | EFE

Desde que Repsol llegó al Perú en 1996, ha invertido en el país más de 3.600 millones de dólares y lo abastece con más del 40% de los recursos energéticos. Además, no sólo explota recursos petroleros, con 5 millones de barriles, sino que también extrae 13 millones de barriles equivalentes de gas natural.

Desde 1996 Repsol opera la refinería La Pampilla, en el distrito de Ventanilla, Callao, la refinería más importante del Perú con una capacidad de destilación de 117.000 barriles diarios y representa más del 40% de su capacidad de refino. La actividad de Repsol en Perú significó para el país en 2020 el pago de 500 millones de euros en impuestos y 2.991 empleos directos.

Pero el compromiso de Repsol en el país andino no termina aquí. Es evidente desde hace décadas y prueba de ello son los programas sociales que financia e impulsa la compañía española y que está destinada a mejorar las condiciones de las poblaciones más necesitadas. Programas dedicados a la mejora de la salud, la educación y el desarrollo productivo, además de la inclusión social de los más desfavorecidos.

Operativo de Repsol en el terreno

Tan evidente es la implicación de Repsol en el Perú que desde que se produjo el vertido de petróleo el pasado 15 de enero, son los recursos desplegados por la empresa española los únicos que se dedican a limpiar las playas y aguas afectadas. Y lo está haciendo en solitario desplegando a más de 2.000 personas sobre el terreno y la puesta en marcha de más de 140 vehículos pesados para limpiar los efectos del vertido.

Las colectivos afectados, en su mayoría pescadores artesanales y comerciantes, se quejan de que el gobierno no ha puesto medios en esto y no les ha ofrecido ningún tipo de apoyo, cosa que sí está haciendo la compañía española.

Sobre el mar Repsol ha desplegado skimmers, máquinas de limpieza marina de alta eficiencia, para eliminar el petróleo de las zonas afectadas. También ha puesto en marcha tanques flotantes de recuperación y tubos de succión.

Por tierra, la petrolera española está retirando la arena comprometida con trabajos manuales que desarrolla personal protegidos con EPP (Equipos de Protección Personal). Además, ha puesto en marcha distinta maquinaria pesada para tratar esa arena, limpiarla y transportarla.

Por si fuera poco, Repsol ha puesto recursos aéreos para monitorizar todas las labores de limpieza y localizar nuevas zonas afectadas, además de contar con expertos especializados para coordinar los trabajos de limpieza y recuperación de fauna marina y terrestre.

En números, Repsol ha contratado a 2.000 efectivos, personal capacitado para la labor, 144 unidades de maquinaria, 32 embarcaciones mayores, 44 embarcaciones menores, 10 skimmers, 26 tanques flotantes, más de 5.000 metros de barrera de contención.

Castillo culpa a Repsol del vertido y se atribuye el operativo de limpieza

Y mientras Repsol afronta en solitario todo este operativo, tratando de evitar el desastre ecológico y dando respuesta a las necesidades de la zona, el Ejecutivo de Pedro Castillo se dedica a culpar a la compañía española del vertido de petróleo, le pide todas las responsabilidades, y amenaza con todo tipo de sanciones. No sólo eso, ha montado un gigantesco dispositivo de propaganda para atribuirse a bombo y platillo todo el despliegue de Repsol.

El Ministerio del Ambiente de Perú ha puesto en marcha una campaña de imagen con vídeos y fotografías en las que simula. Sí, simula, que controla y dirige el operativo que ha puesto en marcha, en solitario la compañía española. Para muestra sirvan unos pocos comentarios en redes sociales de las decenas que deja el mecanismo de propaganda del gobierno comunista de Castillo.

¿Qué pasó realmente en el vertido?

Pero, ¿qué pasó en realidad? Fuentes de toda solvencia conocedoras del vertido sucedido el pasado 15 de enero, cuentan a Libre Mercado cómo se desarrollaron los acontecimientos. Lo más llamativo de todo es que fueron las propias autoridades del Perú quienes no activaron las alertas por fuerte oleaje el pasado día 15. Es más, Perú fue el único país de la cuenca pacífica que no estableció una alerta de tsunami ese día después de que el volcán de la isla de Tonga entrara en erupción e hiciera desaparecer la isla del volcán.


Pese a que se preveía un fuerte oleaje y que todos los países limítrofes activaron las alarmas Perú no lo hizo. Es más, consideró públicamente que no había que alertar a la población con una alarma de tsunamis. Repsol, que se encontraba en plena operación de de descarga del buque preguntó a la Marina de Guerra de Perú si se podía continuar con la descarga. Marina de Guerra consideró que podrían continuar. No se activó la alarma y el oleaje terminó por provocar el vertido.

15 de enero 15:54. En un programa de televisión la Jefa del Centro Nacional de Alertas de Tsunami de Perú, de la Marina de Guerra, la capitana de corbeta Lorena Márquez: dijo:"No existe alerta de Tsunamis (…) Se pueden producir algunas variaciones leves en el mar (…) no hay que alterar a la población con una alerta de tsunamis". Es decir, que la Marina de Guerra descartó públicamente al alerta de tsunamis en la costa del Perú tras la erupción del volcán en Tonga. Minutos antes de estas declaraciones, el propio programa de televisión había informado del desalojo de bañistas en una playa cercana, después de la erupción del volcán.

16 de enero. No fue hasta el día siguiente cuando el propio Instituto Nacional de Defensa Civil, informaba que las autoridades competentes habían iniciado acciones de respuesta debido a los oleajes que había provocado la erupción del volcán en Tonga y reportó incidentes en la costa norte y centro de Perú. Por último, recomendaba "suspender las actividades portuarias y de pesca, así como asegurar las embarcaciones y/o retirar las flotas pequeñas hacia tierra firme. Además, se debe evitar actividades deportivas y recreativas durante todo el periodo de oleaje, así como campamentos cerca de las zonas de playa".

Es más, de manera explícita, los distintos organismos competentes del propio Gobierno del Perú indicaron que el culpable del vertido fue el oleaje provocado por la erupción del volcán en Tonga y que las autoridades peruanas no dieron importancia cuando Repsol preguntó por el estado de la mar durante la descarga del combustible.

17 de enero. Nota de prensa del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI):

"El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) informa que el derrame de petróleo en el mar de Ventanilla, en la Provincia Constitucional del Callao, ocurrido el sábado 15 de enero durante el proceso de descarga de crudo del buque Mare Dorium de la Refinería La Pampilla, ya se encuentra controlado y, al momento, continúan las labores de control y limpieza del litoral en coordinación con las autoridades locales."

Al respecto, el Centro de Operaciones de Emergencia Sectorial (COES) del Ministerio de Energía y Minas informó que las altas mareas registradas en el mar de Ventanilla, como consecuencia de la erupción volcánica en el mar de Tonga, alteraron el proceso de descarga de crudo, por lo que la Refinería La Pampilla activó inmediatamente los protocolos de seguridad y sus brigadas lograron controlar el incidente.

El teatro de Castillo

Pero la trayectoria de este cuarto de siglo de Repsol en Perú, su inversión milmillonaria en el país, su servicio de suministro de combustibles estratégicos en más de un 40%, o su implicación con programas de educación, sanidad y ayuda al desarrollo no parece importar a Castillo que ha visto en el vertido de petróleo una oportunidad para tratar de recuperar popularidad, que sigue cayendo en picado.

Mientras Repsol afronta en solitario la limpieza del vertido, tiene que ver cómo el Ejecutivo de Castillo se atribuye el esfuerzo. Y todo pese a que fueron las propias autoridades peruanas las negligentes al evaluar el estado del oleaje tras la erupción del volcán de Tonga. No sólo eso. Ahora Castillo ha anunciado la paralización de las actividades de carga y descarga de hidrocarburos por parte de Repsol en aguas del país, dice, hasta que la empresa española garantice que no se va a producir otro vertido de crudo.

La campaña es tan burda, que el propio ministro de Medio Ambiente del Ejecutivo comunista de Castillo, Rubén Ramírez, mientras se fotografía junto a los medios de limpieza puestos en marcha por Repsol acusa a la compañía española de no haber "evidenciado acciones claras de limpieza y remediación ante lo sucedido".

Tras el anuncio, Repsol ha publicado un comunicado en el que ha calificado de "desproporcionada e irrazonable" la medida y manifiesta su "plena disponibilidad de colaboración con las autoridades peruanas" "en aras de garantizar el sumunistro" de los productos de la compañía.

Además, ha asegurado que "Repsol continúa centrando todos los recursos y esfuerzos en las tareas de limpieza del derrame y apoyo a las poblaciones y fauna afectada".

Acusaciones de corrupción

Pero la estrategia de Castillo no queda ahí. El presidente ha avisado de que el secretario general Presidencial, Carlos Ernesto Jaico, "podría tener el mismo destino" que su predecesor en el cargo, Bruno Pacheco, quien renunció al cargo por presunta corrupción.

Castillo ha criticado a Jaico por reunirse el pasado lunes con representantes de Repsol en la Embajada de España en Perú y, en declaraciones al diario La Noticia, ha asegurado que ha pedido un informe sobre el encuentro.

"Yo acaba de llegar de viaje de extranjero, inmediatamente viajé al interior del país y me informaron de este hecho (la reunión). Ahora le pedí un informe (...) Será la Justicia la que determinará responsabilidades" ha aseverado el mandatario peruano.

Por su parte, Repsol ya emitió un comunicado en el que aclaraba que el encuentro con "diversos representantes del Gobierno se viene dando de manera institucional y con el único propósito de normalizar una necesaria comunicación".

Así, la empresa defendió que la reunión "tuvo como único fin escuchar las quejas y exigencias de la administración peruana, con vistas a discernir mejor los mecanismos que permitan canalizar el pago de las indemnizaciones que pudiera corresponder a los afectados".

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