"Salimos más fuertes". Ese fue el lema del gobierno de España a la hora de anunciar su estrategia para la recuperación económica tras la pandemia del coronavirus. Sin embargo, los datos de cierre de 2021 confirman que, casi dos años después del primer positivo por covid-19, el fortalecimiento no ha sido generalizado, puesto que tenemos un sector público cada vez más fuerte frente a un sector privado cada vez más debilitado.
Los impuestos son el mejor ejemplo de ello. Esta semana hemos conocido, por ejemplo, que la recaudación tributaria subió un 15% en 2021, lo que supone alcanzar los 223.382 millones de euros. En términos per cápita, hablamos de 4.720 euros por habitante, en contraste con los 4.517 euros por residente del curso 2019. La diferencia es preocupante, puesto que el PIB se sitúa un 6% por debajo de los niveles previos a la pandemia. Así, con esa subida de 200 euros por habitante, un hogar tipo (de 3,1 miembros) paga una media de 600 euros más en impuestos.
Las cifras de recaudación esconden el gran fiasco de dos de los tributos de nuevo cuño introducidos por el Ejecutivo de PSOE y Podemos:
- El Impuesto de Transacciones Financieras, o Tasa Tobin, ha generado 296 millones de euros, frente a una previsión oficial de 850 millones.
- El Impuesto de Servicios Digitales, o Tasa Google, ha reportado una caja de 166 millones de euros, en comparación con los 968 millones anunciados.
En total, estas dos figuras fiscales han aportado 462 millones a las arcas públicas, de modo que estamos ante una brecha de calado en comparación con los 1.818 millones de recaudación que se debían haber obtenido, según los cálculos de Hacienda. Dicho de otro modo: por cada 4 euros de ingresos previstos, solo se ha obtenido 1 euro.
Ante semejante fiasco, el grueso de la recaudación se ha obtenido de las figuras fiscales que pagan el grueso de los ciudadanos (IRPF e IVA) y las empresas (Sociedades). En el Impuesto sobre la Renta, el aumento de los ingresos es del 7,5%, hasta alcanzar los 94.546 millones de euros.
El efecto de la inflación
En cuanto al IVA, la subida es del 14,5%, para llegar a 72.493 millones. Así pues, podemos apreciar claramente el efecto que ha tenido la subida de los precios en las arcas públicas. No hay que olvidar que el IPC está creciendo al 6,7%, el mayor nivel en treinta años, y que esa subida se traduce inmediatamente en un ensanchamiento de las bases fiscales gravadas por el impuesto indirecto de referencia.
De hecho, el IVA sube incluso en comparación con 2019, registrando un 1,3% más, a pesar de que durante dicho curso no había restricciones sanitarias como las que sí se han adoptado en 2020 y 2021. El hecho de que la recaudación suba incluso bajo dichas limitaciones al consumo es la mejor demostración del impacto que está teniendo la inflación en los ingresos de Hacienda.
También en Sociedades vemos una evolución alcista. A pesar de que han quebrado 60.000 empresas, las medidas recaudatorias desplegadas por el gobierno han hecho que este tributo genere un total de 26.628 millones de euros.