La inflación cerró el pasado mes de diciembre con una subida acumulada del 6,7% y se estima que la media anual se quede en el 3%. Pero, lo peor podría estar por llegar, ya que el Banco de España ha advertido que en 2022 la media podría ser del 3,7%. Esto implica una fuerte subida de precios generalizada, que es más aguda en unos sectores que en otros. Así, aunque la electricidad es lo que ha sufrido una escalada mayor, la alimentación no se queda atrás y, lo peor, es que seguirá subiendo con fuerza en este año recién estrenado.
Según el Índice de Precios Agrarios elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la subida ha sido del 11,75% en solo los ocho primeros meses del 2021. En los productos agrícolas la subida ha sido del 19,22% hasta el pasado mes de agosto, y en el caso de los ganaderos del 2,35%. Dentro de cada uno de ellos, destaca el fuerte ascenso del aceite, que se ha encarecido un 64%. Mientras que, en el caso de la carne, la de ovino subió un 6,84% y la de vacuno un 6,63%. También registran ascensos superiores al 3% tanto la leche como los huevos.
En el último informe del INE, se estima que el total del sector de la alimentación y de las bebidas ha registrado una subida del 4,9% acumulada, frente al 6,7% del IPC. Aunque, la subida no se ha notado tan fuertemente en el bolsillo de los consumidores debido a que las cadenas de supermercados han decidido no trasladar los costes totales y han asumido un mayor encarecimiento de hasta 2.000 millones de euros, según El Economista.
A nivel mundial, los alimentos se han encarecido un 23%, según la FAO. Aunque, se espera que cuando se tengan todos los datos sobre la mesa de 2021, la subida supere, incluso, el 28%. De hecho, productos como el café o la avena han subido un 94% y un 79% respectivamente en los últimos doce meses. El aceite, por su parte, registra subidas que superan el 56% a nivel mundial. De hecho, las principales materias primas de alimentación han subido, excepto la harina de soja, que se ha reducido un 12%. Pero, en su conjunto, todos los precios permanecen disparados y podría aumentar si la inflación sigue desbocada en 2022.