El pasado mes de septiembre del 2020, el Parlamento de Cataluña aprobó una normativa que permitía a 61 municipios, entre ellos Barcelona, regular y limitar los precios de los alquileres. Si bien la norma quedó aprobada, dependía de cada ayuntamiento su posterior desarrollo y aplicación. Un año después, Barcelona aprobó regular los precios por el cual el precio de referencia para alquilar un piso sería el más bajo del contrato anterior o el 95% de lo que marcase el índice de precios de referencia de la Generalidad.
La Generalidad, por su parte, ha habilitado una web mediante la cual se puede consultar el índice de precios en función de la calle, el año de construcción de la vivienda, los metros cuadrados habitables, el estado de mantenimiento y la certificación energética. Así, por ejemplo, un piso en el Eixample, construido antes de 2007, tendría un índice de referencia de 20,21 euros el metro cuadrado. Así pues, tendría que ser alquilado a un precio de 19,19 euros el metro. De tener 50 metros cuadrados, la cuota no podría sobrepasar los 959,5 euros. Una cifra que no va del todo acorde para la situación del mercado en una de las zonas más céntricas y caras de la Ciudad Condal.
Sin embargo, aquellos propietarios que se salten esta normativa que regula los precios recibirán duras sanciones. Es más, la Agencia del Alquiler de Cataluña ya ha emitido las primeras multas, que van desde los 1.200 hasta los 6.000 euros, a personas físicas por arrendar sus propiedades por encima del límite fijado por la ley. Unas sanciones que ya están interpuestas, pero que podrían quedar en el aire debido a los recursos contra esta normativa que hay presentados ante el Tribunal Constitucional, quien podría tumbar la ley.
Además de las dudas legales que hay entorno a la normativa, lo cierto es que el control de precios del alquiler no está creando una reducción notable en las rentas. De hecho, en comparación con lo que se pagaba en diciembre de 2020 por un metro cuadrado alquilado en Barcelona, el precio solo ha caído un 0,3%. En Madrid, donde no existe ninguna regulación del estilo, los precios han descendido un 4,1%.