La publicación anual de la aberrante "lista de morosos" de Hacienda ha vuelto a poner en la diana a Izquierda Unida. Por tercer curso consecutivo, el capítulo madrileño de la agrupación comunista figura entre las personas y organizaciones que más dinero deben al fisco. Esta vez, el saldo pendiente de pago del partido del ministro de Consumo, Alberto Garzón, asciende a 885.000 euros.
La nueva "Ley de lucha contra el fraude" ha revisado a la baja el umbral de deuda a partir del cual se divulgan las deudas contraídas con la Agencia Tributaria. Si hasta ahora se venía dando a conocer la identidad de las empresas o personas que debían más de un millón de euros al fisco, el nuevo marco normativo ha rebajado dicho umbral hasta los 600.000 euros.
Las circunstancias reales de IU chocan frontalmente con el discurso de la formación política ultradefensora de los impuestos y del papel del fisco con el contribuyente. Garzón, su máximo representante, ha llegado a defender que en España "hay una cultura de la impunidad y una oligarquía corrupta". Sin embargo, en la práctica, su organización se confirma una vez más como una entidad incumplidora con Hacienda.
Demoledor informe del Tribunal de Cuentas
No hay que olvidar que, hace apenas tres años, el Tribunal de Cuentas denunció que Izquierda Unida violó las leyes de financiación de partidos y de lucha contra el fraude. El ente auditor advirtió entonces que el partido no entregó toda la documentación requerida y, peor aún, suministró cuentas que no reflejan de forma adecuada la situación financiera y patrimonial de la organización.
A esto hay que sumarle el caso de los 300.000 euros de donaciones que IU no identificó adecuadamente, vulnerando de esta forma el artículo 5 de la Ley Orgánica de Financiación de Partidos Políticos. En la misma línea, cinco de las federaciones de IU violaron las reglas de tramitación de donaciones, ahondando en la opacidad y malas prácticas del partido.