Los test de antígenos escasean debido al furor -y la necesidad- por estas pruebas de autodiagnóstico ante la escalada de la variante del coronavirus Ómicron en plenas fiestas navideñas. Durante todos estos días, además de comprobar que las farmacias españolas no han sido capaces de cubrir el aumento exponencial de la demanda, el efecto más pernicioso para el bolsillo de los consumidores ha sido que estos test han duplicado y hasta triplicado el precio que tenían hace un mes.
Mientras en la mayoría de farmacias los test están llegando con cuentagotas, un caso excepcional ha sido el una farmacia sevillana que el pasado 23 de diciembre consiguió hacerse con la friolera de 10.000 test mientras que buena parte de las boticas de toda España se habían quedado sin existencias. El éxito de venta de esta farmacia fue tal, que en tres días consiguieron dar salida a toda la mercancía. Como relató una de sus responsables a Libre Mercado, el secreto de que su negocio lograra hacerse con esta ingente cantidad de test era, precisamente, el de haberlos comprados en grandes cantidades pagando por adelantado, así como tener contactos adecuados.
En esta farmacia sevillana cada test cuesta 7,9 euros, aunque en muchos otros establecimientos se comercializan hasta por 12 euros. Sin embargo, comparando estas cifras con las de otros países vecinos podemos observar que sus pruebas autodiagnósticas tienen un precio irrisorio, por lo que cabe preguntarse por qué.
Más empresas vendiendo test = más competencia
En este caso, no se debe al IVA, ya que en España los test están exentos de este tributo. Una de las razones principales es que en países como Alemania o Portugal los test se comercializan hasta en los supermercados, lo que ha aumentado considerablemente la oferta, la competencia y ha disminuido su coste. Por ejemplo, en Portugal, Mercadona los vende a 2,10 euros la unidad y, en Alemania, Aldi los comercializa a 1,79 euros. Francia ha sido el último en autorizar su venta en supermercados, aunque "de forma excepcional".
En España, por el momento, el Gobierno tiene limitados los puntos de venta de los test a las farmacias, una barrera que está contribuyendo sobremanera a empeorar su escasez. Es por eso que, la Asociación Nacional de Grandes Superficies (Anged), una patronal que engloba a El Corte Inglés, Ikea, Carrefour o Alcampo, se ha ofrecido a venderlos.
"La medida que es efectiva en países como Alemania, Francia, Portugal o Países Bajos permitiría distribuir de forma masiva los test y abaratar sustancialmente el precio", asegura Anged. Y es que, "la distribución comercial, gracias a su presencia en todo el territorio, puede ayudar en esta fase de la pandemia a hacer más asequible el autodiagnóstico y detención de los contagios", añaden. De hecho, como hemos avanzado antes, muchas compañías de supermercados ya tienen los contactos con los proveedores en otros países, por lo que tienen buena parte del camino andado.
"Las mascarillas son un ejemplo claro de cómo la distribución comercial ha ayudado a generalizar su acceso y abaratar su precio durante la pandemia", recuerda patronal de estas grandes empresas, que no tardaron en poner mascarillas a la venta en sus tiendas a un precio por debajo, incluso, del que había fijado el Gobierno. En el caso de los test, el Ejecutivo de Sánchez todavía no ha amenazado con intervenir su precio.
A través de una carta, Anged le ha solicitado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, "la posibilidad de que los test de antígenos puedan comenzar a venderse en su red de establecimiento comerciales en los términos que las autoridades sanitarias estimen oportuno". Así, "se puede conseguir, por un lado, un acceso más fácil y rápido a millones de test de antígenos y, por otro lado, se podría también evitar movimientos especulativos y ofrecer un precio más asequible y competitivo para los ciudadanos al ampliarse de forma sustancial la oferta de test en el mercado". ¿Serán escuchados?