La inflación se ha situado en el 5,5% hasta el mes de noviembre, faltaría por añadir los datos que se den en el último mes del año. Sin embargo, y a falta de sumar el alza del IPC en diciembre, la tasa se sitúa ya en niveles no vistos desde 1992.
La reapertura económica tras los cierres causados por la pandemia ha hecho que la demanda a nivel global aumente, lo que sumado a las políticas monetarias de los bancos centrales han generado un alza generalizada de los precios. Este fenómeno económico, conocido como inflación, genera que el poder adquisitivo merme porque el dinero pierde valor.
Según los datos del INE, el IPC hasta noviembre acumulado es del 5,5% y el medio del 2,5%, lo que se traduce en una pérdida de poder adquisitivo de 30.000 millones de euros, según adelanta Cinco Días. Esto supone que el ahorro de los españoles y las rentas percibidas perderán en su conjunto 30.000 millones de euros en poder de compra debido a esta alza inflacionaria.
El motivo tras esta pérdida de poder adquisitivo se encuentra, además de en la inflación, en el nivel salarial. Al subir los precios, pero no los salarios, o no al mismo ritmo, se crea este problema que causa una merma en el poder de compra. De hecho, los asalariados que rigen su salario por convenio colectivo han pactado un alza media de los sueldos del 1,49%, muy por debajo de los niveles del IPC. En el caso de los empleados públicos, la subida salarial es del 2%, por lo que verán menos mermado su poder de compra.
Por tanto, esta diferencia entre el aumento de los precios y los salarios, hacen que los trabajadores españoles vean como su nivel adquisitivo se vea mermado en 30.000 millones de euros en 2021.
Dentro de los gastos comunes, la electricidad y los alimentos han visto un alza considerable en su precio. La factura de la luz se ha incrementado más de un 62% en los hogares españoles y la cesta de la compra se ha visto encarecida un 3,3% con productos como la carne subiendo más del 15% para el conjunto del año.