La OCDE acaba de publicar "Pensiones de un vistazo", un informe de periodicidad anual que estudia los distintos sistemas de jubilación vigentes en las economías más desarrolladas del globo. En su valoración de la situación española, el documento advierte que la decisión de eliminar el factor de sostenibilidad introducido por la Administración Rajoy agravará la situación del sistema de pensiones.
Así, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico advierte de que la indexación de las pensiones al IPC elevará significativamente los gastos, mientras que el mecanismo de equidad intergeneracional anunciado por el gobierno de Pedro Sánchez será incapaz de mantener el equilibrio, de lo que se derivará un deterioro de la ya de por sí maltrecha salud financiera de la Seguridad Social.
El informe apunta que, en los veinte últimos años, España fue uno de los países con mayor aumento del gasto en pensiones. El repunte fue del 2,9% del PIB, el sexto nivel más alto de los casi cuarenta países que forman parte de la OCDE. De ese aumento de 2,9 puntos, 1,5 puntos se explican por la demografía (es decir, por el envejecimiento) y 1,9 puntos se derivan de la subida de las prestaciones (es decir, de decisiones políticas).
Hay dos gráficos del estudio que resultan especialmente llamativos. El primero es el que presenta la edad efectiva de jubilación para cada uno de los países estudiados. En cabeza de la tabla aparecen países como Japón ( los hombres, a los 68,2 años de edad; las mujeres, a los 66,7), Suecia (65,8 y 64,9 años, respectivamente) o nuestra vecina Portugal (64,9 y 63,3 años, respectivamente).
En este mismo indicador, la jubilación efectiva media para el conjunto de la OCDE asciende a 63,8 años, en el caso de los hombres, y a 62,4 años, en el de las mujeres. Sin embargo, España figura como una de las economías desarrolladas donde antes concluye la vida laboral de los trabajadores: 61 años en el caso de los hombres y 60,4 años en el de las mujeres.
A esto hay que sumarle el hecho de que la esperanza de vida en el momento de jubilarse es especialmente elevada en España, que figura en el segundo lugar de la tabla, solo por detrás de Grecia. En nuestro caso, los hombres viven un promedio de 23 años después de su jubilación, mientras que entre las mujeres este indicador asciende a 27,7 años. Por comparación, en la OCDE vemos que el hombre promedio vive 19,5 años después de jubilarse, mientras que para las mujeres se alcanza una media de 23,8 años de vida tras el retiro profesional.
Datos para la reflexión
El informe destaca que dos de cada tres economías desarrolladas tienen en vigor algún tipo de mecanismo de ajuste que aumenta o reduce las pensiones de forma automática, en base a criterios básicos como la evolución demográfica o el equilibrio financiero de la Seguridad Social. España se ha quedado sin este tipo de respuesta, a raíz de la derogación del factor de sostenibilidad.
La OCDE apunta que, tras su aprobación en 2013, dicho mecanismo hizo que las pensiones creciesen apenas un 0,25% en los cuatro años siguientes. Sin embargo, el organismo internacional destaca que la estabilidad de precios hizo que los pensionistas no perdiesen poder adquisitivo en los dos primeros años de aplicación del factor, al tiempo que el sistema empezó a reducir su déficit. Sin embargo, las presiones políticas resultaron en la eliminación de este mecanismo y propiciaron el regreso a un sistema de indexación que contribuirá a elevar el gasto en pensiones.
Otra de las reflexiones que deja el estudio se refiere al "invierno demográfico" de nuestro país, al apuntar que la tasa de fertilidad se ha desplomado en España, pasando de 2,6 hijos por mujer en 1980 a apenas 1,3 en 2020. La proyección no es mucho mejor para 2040, puesto que el organismo con sede en París cree que solo se producirá una mejora hasta llegar a 1,5 hijos por mujer.