Una de las batallas emprendidas por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, es que desaparezcan los "estereotipos sexistas" y la "publicidad sexista" en el mundo del juguete. En vísperas de la Navidad, su departamento ha lanzado una campaña dirigida a familias y niños que tiene a dos muñecos como protagonistas.
En un anuncio que pretende imitar la estética de las películas de Pixar, lamentan que sólo quieran jugar con ellos un "50% de los niños" y piden una huelga de juguetes el próximo 12 de diciembre. "¿Qué somos? ¡Juguetes! ¿Qué queremos? ¡Igualdad!", proclaman desde el estrado con el póster de un oso gigante detrás. "Nosotros, aunque seamos de plástico o de peluche, también tenemos nuestro corazoncito. Ha llegado el momento de decir basta, de reivindicar nuestro derecho a jugar con el 100 % de los niños y de las niñas", dicen en otro momento.
Con el spot y el hashtag #HuelgaDeJuguetes, Garzón pretende concienciar de que "jugar no tiene género". La campaña incluye una pegada de carteles y culminará este domingo, día de la supuesta huelga, con un teatro de Títeres en El Retiro y un cuentacuentos.
El Ministerio indica que esta "simbólica acción, sin precedentes en España", también se podrá secundar de forma online a través de las redes sociales publicando una fotografía con la etiqueta #HuelgaDeJuguetes.
Los anuncios, "pieza básica del desarrollo intelectual"
La campaña se lanza el mismo día en que el propio Garzón, junto a la ministra de Igualdad, Irene Montero, publican una tribuna en El País titulada El sexismo no es un juego de niños, ¡ni de niñas!. "La investigación científica y el feminismo nos aportan claves fundamentales sobre la importancia de educar en igualdad y los peligros de no hacerlo. Los juegos y juguetes que ofrecemos a los menores, así como los mensajes publicitarios que ven, son una pieza básica de su desarrollo intelectual y emocional. Los juguetes y los juegos de hoy construyen las personas y la sociedad de mañana", afirman los ministros, que dicen que "promocionar pautas de consumo responsable, así como proteger de forma especial los intereses de los colectivos de personas consumidoras vulnerables como la infancia, es una obligación de las instituciones públicas" y una "cuestión política de primer orden".
En la tribuna, lamentan, entre otras cosas, que "incluso en edades muy tempranas, una parte de los "juguetes de niñas" se asocian al culto a la belleza". Lamentan las imágenes de "niñas sexualizadas" (citan ropas, peinados, posturas y gestos seductores, e "incluso maquillaje". "Estas niñas que juegan a "arreglarse" para seducir aprenden que se espera de ellas que respondan al canon de belleza establecido y gusten a los demás. A la vez, los niños naturalizan que las niñas se esfuercen por complacerles. La sexualización temprana de las niñas está tan extendida que corremos el riesgo de infravalorar su impacto, tanto sobre ellas como sobre sus compañeros", sostienen.