Este miércoles, 8 de diciembre, el Bundestag alemán elige al socialdemócrata Olaf Scholz como sucesor de Ángela Merkel al frente de la cancillería teutona. Scholz encabezará el nuevo gobierno de coalición, compuesto por tres partidos: su propia facción socialdemócrata SPD, la agrupación ecologista Los Verdes y la formación liberal-demócrata pro-mercado FDP. La votación parlamentaria se saldó con 395 votos a favor del nuevo Ejecutivo, sobre un total de 707 escaños.
Lo primero que debemos tener claro es que la coalición no es una alianza muy natural. Los dos partidos de izquierda, el SPD y los Verdes, hubieran preferido gobernar junto con el tercer partido de este corte, Die Linke, que no es más que el viejo Partido Comunista que gobernó Alemania del Este en los años de dominio soviético. Sin embargo, el "frente de izquierdas" no logró votos suficientes para formar gobierno.
De igual modo, aunque el FDP hubiera preferido gobernar con la centrista CDU y su socia, la CSU bávara, lo cierto es que el partido de Merkel ha obtenido el peor resultado electoral de su historia y enfrenta una profunda crisis de liderazgo tras muchos años al frente del gobierno.
Sin subidas ni rebajas fiscales
El nuevo Ejecutivo de coalición integra, por tanto, plataformas políticas muy diferentes. El SPD y Los Verdes hicieron campaña a favor de fuertes subidas de impuestos a los ricos, mientras que el FDP defiende recortes de la presión fiscal para todos. ¿Qué ocurrirá finalmente? Pues que unos y otros se han comprometido a renunciar a sus aspiraciones, de modo que no habrá subidas fiscales – pero tampoco rebajas.
En otros muchos campos, los miembros de la coalición han terminado neutralizándose entre sí. El SPD y Los Verdes querían recortar masivamente los derechos de los propietarios y prohibir subidas en los precios del alquiler. Al FDP le hubiera gustado liberalizar el mercado del alquiler. El resultado final es que, ante las diferencias que hay en el nuevo gobierno, la ley de arrendamientos se mantendrá sin cambios, más allá de algún retoque menor.
En general, esta ha sido la tónica de la negociación de gobierno. Los liberal-demócratas del FDP han logrado impedir muchas políticas de inclinación socialista, y por eso los votantes partidarios del capitalismo están agradecidos. Además, el FDP logrado cargos importantes en el reparto de poder: el ministerio de Hacienda estará encabezado por el presidente del partido, Christian Lindner, mientras que el de Justicia lo ocupará Marco Buschmann, un prestigioso profesional del Derecho.
Economía y política exterior, en manos de Los Verdes
Los ministerios de Economía y Relaciones Exteriores estarán encabezados por dos líderes del movimiento ecologista. Annalena Baerbock asumirá el cargo de ministra de Relaciones Exteriores. Durante la campaña electoral, se supo que ha falseado su currículum vitae. No solo eso, sino que su último libro resultó contener grandes secciones de texto plagiado, hasta el punto de que ha sido retirado del mercado. Los analistas creen que esto le ha costado a su partido una cantidad sustancial de votos.
Los Verdes están comprometidos con una política exterior "moralizante", lo que probablemente dará lugar a choques con China y Rusia, en particular. Con Putin, el SPD prefiere mantener la armonía, de modo que los ecologistas tendrán que moderarse. La cosa es distinta con China, puesto que la nueva ministra Baerbock ya está hablando de boicotear las importaciones provenientes de ciertas provincias chinas o los Juegos Olímpicos de Invierno que se van a celebrar en el país asiático.
En paralelo, Los Verdes anuncian que desarrollarán una "política exterior feminista", sea lo que sea lo que eso signifique. Por lo tanto, solo cabe esperar que el canciller Olaf Scholz logre limitar el daño potencial que podría tener esta agenda política ideologizada y radical.
¿Y qué hay del compromiso de la OTAN de Alemania de gastar el 2% del PIB en materia de defensa, como manda el tratado de la organización y como ha exigido Estados Unidos a sus socios en Europa? El SPD y los Verdes se oponen a este objetivo, pero el FDP lo apoya. Las distintas partes han acordado el siguiente compromiso: "Queremos que Alemania invierta el 3% de su PIB en una acción internacional integral, integrada y a largo plazo, fortaleciendo así su diplomacia y política de desarrollo y cumpliendo sus compromisos con la OTAN". No queda claro, pues, lo que vaya a suceder, porque ese 3% no será íntegramente para defensa, sino también para diplomacia, acción exterior, ayuda al desarrollo, etc.
"La política energética más tonta del mundo"
Robert Habeck, codirector del Partido Verde junto con Baerbock, dirigirá el ministerio de Economía con responsabilidad sobre todo lo relativo a la política climática. Habeck es filósofo y autor de numerosos libros para niños, pero lo cierto es que ha demostrado en varias entrevistas que no sabe nada de economía.
Los Verdes quieren subordinar toda su agenda en este campo a la lucha contra el cambio climático. En cuestión de meses se desconectarán las tres últimas centrales nucleares alemanas y, a lo largo de los próximos años, ocurrirá lo mismo con todas las centrales eléctricas de carbón. Lo peor de todo es que no hay un reemplazo energético previsto.
Como resultado de esta política, Alemania tiene los precios de electricidad más altos de todo el G-20. Paradójicamente, Alemania probablemente necesitará importar aún más energía nuclear de Francia y otros países, porque de lo contrario no podrá abastecerse de energía. El Wall Street Journal calificó la apuesta teutona como "la política energética más tonta del mundo" y lo peor de todo es que Los Verdes quieren profundizar en esta dirección
¿Un gobierno duradero?
¿Sobrevivirá durante cuatro años una coalición de socios tan desigual? Un punto de conflicto que podría traer problemas es la política migratoria. Como Ángela Merkel, el SPD y Los Verdes quieren basar la política migratoria alemana principalmente en principios moralistas. Merkel abrió las fronteras de Alemania en 2015 y fue apoyada por ambas formaciones.
El FDP no se opone a la inmigración, pero quiere restringir el acceso de los extranjeros que llegan al país al sistema de ayudas, gasto social y Estado de Bienestar. Por otro lado, quiere establecer un sistema de puntos que priorice la entrada de inmigrantes más cualificados.
Como muestran todas las encuestas, los votantes del FDP se oponen a una política de fronteras abiertas, sin más. Si el FDP se rinde ante las demandas de los Verdes y el SPD sobre inmigración, podría perder y alienar a grandes sectores de su propia base electoral.
Al mismo tiempo, el SPD y Los Verdes están sujetos a una intensa preocupación por parte de sus votantes y de sus legisladores. Algunos de los representantes de las fuerzas de izquierda en el Bundestag se sitúan muy a la izquierda del espectro político. El nuevo secretario general del SPD, Kevin Kühnert, es un socialista de línea dura que ganó notoriedad por proponer la expropiación de empresas como BMW y por defender que solo el Estado debería poder alquilar vivienda. Kühnert es conocido su cercanía con Die Linke y por rechazar todo lo que el FDP representa.
Aunque Olaf Scholz dice que espera gobernar con el FDP durante su mandato inicial, de cuatro años, e incluso en legislaturas posteriores, lo cierto es que su partido y los Verdes piensan de manera diferente. En cuatro años, las fuerzas de izquierda preferirían formar una coalición con la izquierda radical de Die Linke, como ya ocurre a nivel regional en diversos territorios.
Rainer Zitelmann es el autor de "El capitalismo no es el problema, es la solución" (Unión Editorial, 2021). Considerado uno de los liberales más influyentes de Alemania, es doctor en Sociología e Historia, empresario de éxito y columnista habitual en medios como City AM, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Le Point o Forbes. Próximamente, publicará su nuevo libro en español, "Los ricos en la opinión pública" (Unión Editorial, 2022).