Las Administraciones Públicas gastaron cerca de 55.000 millones de euros más de lo que ingresaron en los tres primeros trimestres del año en curso. Así lo confirman los datos publicados esta misma semana por el Ministerio de Hacienda, de los que se desprende que el déficit para enero-septiembre se situó en el 4,2% del PIB.
Al ritmo actual, los desembolsos de las Administraciones Públicas, excluyendo las corporaciones locales, registran un déficit tan abultado que, en promedio, el gasto supera a los ingresos a un ritmo de 200 millones de euros ¡cada día! o, lo que es lo mismo, los números rojos rozan el umbral de los 8,5 millones de gasto deficitario ¡por hora!
Aunque es cierto que la cifra comunicada por el Ministerio de Hacienda supone una reducción del 34% en comparación con los datos de 2020, lo cierto es que la comparativa interanual tiene poco sentido en las circunstancias actuales, habida cuenta de que el pasado año estuvo marcado por un déficit histórico, cercano al 11% del PIB.
Total falta de contención en el gasto
Los datos presentados por el Ejecutivo confirman una total falta de contención en el gasto. Entre enero y septiembre, los recursos no financieros ascendieron a 177.021 millones de euros, de los cuales 149.142 millones se captaron vía impuestos. En términos relativos, los ingresos tributarios suben un 20%, pero el gasto se incrementa un 12%, de modo que el agujero fiscal sigue siendo muy significativo.
Si comparamos los gastos (231.212 millones) con los ingresos (177.021 millones), vemos que el déficit en términos de caja asciende al 24%. Esto significa que, salvo que se produzca un volantazo hartamente improbable en los últimos meses del año, el gasto público de casi tres meses del año 2021 se habrá cubierto a base de emitir deuda, en vez de a partir de los ingresos disponibles.