El esfuerzo fiscal sigue creciendo en España. Si tomamos como referencia la recaudación obtenida por la Agencia Tributaria entre enero y septiembre y, a continuación, comparamos los datos correspondientes a 2019 con los de 2021, encontramos que la ratio de ingresos fiscales por ocupado ha subido de 7.508 a 7.867 euros en plena pandemia.
Los ingresos fiscales se obtienen por distintas vías, pero los ocupados sostienen el grueso de la recaudación, puesto que soportan el IRPF de forma íntegra y, además, realizan parte importante del consumo sujeto a IVA. Por lo tanto, comparar los ingresos obtenidos por Hacienda con el número de trabajadores ocupados nos permite entender mejor el esfuerzo fiscal que soporta el contribuyente medio.
En 2021, los datos de empleo para septiembre de 2021 nos hablan de 20.0310.000 ocupados. Sin embargo, los afectados por ERTE ascienden a 239.230, mientras que los autónomos en cese de actividad son 226.436. Por lo tanto, el empleo efectivo se reduce a 19.565.334 asalariados, una vez realizamos estos dos ajustes.
En cuanto a la recaudación fiscal, los datos de la Agencia Tributaria para enero-septiembre de 2019 arrojan unos ingresos de 149.221 millones de euros. En cambio, en los tres primeros trimestres de 2021, esta misma rúbrica asciende a 153.917 millones, lo que supone que la recaudación está experimentando un incremento del 3,1% en relación con 2019.
Así las cosas, aunque el PIB está un 7% por debajo de los niveles previos a la pandemia, los ingresos fiscales se sitúan un 3% por delante de lo registrado entonces. Y, si calculamos la ratio de ingresos por ocupado, encontramos que dicho indicador ha crecido de 7.508 a 7.866 euros en plena pandemia, lo que supone un encarecimiento de 358 euros.
De hecho, si solamente nos fijamos en los ingresos derivados del IRPF y los ponemos en relación con el número de ocupados, podemos comprobar que este indicador ha subido de 3.212 a 3.544 euros, lo que implica un repunte de 332 euros por trabajador.