¿Cuánto poder adquisitivo vamos a perder por la subida de los precios? Es una pregunta que vale la pena hacerse y que no tiene una respuesta sencilla, pero es importante explorar la información disponible para alumbrar lo que puede ocurrir.
Las llamadas "cláusulas de salvaguardia" son un mecanismo incluido en los convenios laborales que regulan la consideración de factores como la inflación en la determinación de los salarios. Ahora que los precios están creciendo con fuerza, la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España se ha preguntado hasta qué punto se van a ver afectados los trabajadores, de acuerdo con la existencia o no de tales cláusulas en sus convenios de aplicación.
Pues bien, lo cierto es que la proporción de trabajadores sujeto a este tipo de normas se redujo con fuerza entre los años 2008 y 2012, pasando del 67,3% al 26,9%, y desde entonces ha venido moviéndose entre el 12% y el 20%. Hay, pues, un número muy reducido de contratos laborales enmarcados en convenios que incluyen este tipo de provisiones anti-inflación, al contrario de lo que venía siendo habitual hasta el estallido de la Gran Recesión en 2007-2008.
Lo vemos en el siguiente gráfico:
Partiendo de esa base, los incrementos salariales con arreglo a la inflación no serán más o menos automáticos y generalizados, debido a la baja penetración de las "cláusulas de salvaguardia", sino que dependerán, en gran medida, de lo que se acuerde en los procesos de negociación colectiva o, en caso de descuelgue, en los pactos cerrados a nivel empresa.
En este sentido, el Banco de España encuentra que el incremento medio que arrojan las negociaciones se está situando en el 1,6%, tomando en consideración los datos de los tres primeros trimestres de 2021.
En los convenios de nueva firma (es decir, los que no son meras revisiones de convenios existentes), la revisión salarial está siendo solamente una décima mayor (1,7%). Y, aunque algunas ramas de actividad presentan tasas de aumento más elevadas (por ejemplo, la construcción está en el 2,5% y el ámbito de la información y las comunicaciones ronda el 3,5%), lo cierto es que tales incrementos siguen por debajo de la subida del IPC, que en octubre alcanzó el 5,4%.
Así queda de manifiesto en los dos gráficos siguientes:
Por lo tanto, todo apunta a que el año 2022 llegará de la mano de un marco retroceso en el poder adquisitivo de los españoles, puesto que menos de un 20% verá su salario revisado de forma automática ante la subida de los precios y, entre el 80% restante, el aumento de las retribuciones está situándose, de media, en el 1,6%, lejos del 5,4% que suben los precios.