La nueva Ley de Vivienda que ha aprobado el Gobierno y la asfixiante regulación autonómica y local que afecta a los pisos turísticos ha llevado a muchos propietarios a plantearse el alquiler de temporada, una modalidad de arrendamiento más flexible y que además escapa del control de precios porque queda afectada por la nueva ley.
"La vivienda turística, con la excesiva regulación y la eliminación de las deducciones fiscales, han dejado de ser atractivas", explica Tolo Gomila, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR). "De hecho, estamos viendo como viviendas de uso turístico en las grandes urbes como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o Málaga, se están convirtiendo en alquileres por meses".
Según el INE, hay un total de 294.698 viviendas turísticas en España anunciadas en plataformas digitales. Con respecto a agosto de 2020, la cifra se ha reducido un 8,3%. Las comunidades autónomas con mayor número de viviendas turísticas son Andalucía (61.574), Cataluña (54.646) y Comunidad Valenciana (49.757). Las tres suman cerca de tres quintos del total de plazas ofertadas en España.
Y lo mismo sucede con los alquileres tradicionales. Según FEVITUR, se han reducido la firma de contratos de alquiler residencial para vivienda principal. Los arrendadores se han pasado al alquiler residencial o directamente están vendiendo sus casas: "En Barcelona, cuando Ada Colau puso hace un año el decreto del control de los precios, el precio del alquiler ha subido un 42%", señala Gomila. "A la administración siempre le decimos lo mismo: pregunte a los propietarios por qué tienen sus viviendas vacías. No entendemos esta manía persecutoria de demonizar a los propietarios, cuando lo que hay que hacer es seducirlos".
Alerta hotelera
Muchas asociaciones hoteleras ya están alertando del riesgo de proliferación de viviendas vacacionales y alquileres de temporada como un método para escapar del control de precios.
"La nueva normativa con respecto al alquiler de la vivienda puede provocar el hecho de que muchos propietarios piensen en este modelo como un nuevo método para poder soslayar esa nueva reglamentación que se pone más restrictiva con los alquileres de media y larga estancia", señala Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Apartamentos Turísticos (CEHAT).
"Mucho nos tememos que se va a intentar ir a este modelo (el alquiler por temporada) como válvula de escape", señala Marichal, que también pide "una corresponsabilidad", al igual que lo tienen el resto de hoteleros: "El alquiler vacacional no tiene que estar prohibido, sino legalizado con una normativa aplicada" para que no tenga "consecuencias negativas" para el sector hotelero.
Sin embargo, desde FEVITUR consideran que la alerta hotelera no está justificada, ya que el tipo de cliente que persigue el alquiler vacacional es principalmente el nómada digital, gente joven con posibilidad de teletrabajar (en su mayoría informáticos), con alto poder adquisitivo y que deciden trasladarse durante dos o tres meses a otra ciudad.