El sistema de pensiones español, basado en el reparto de cotizaciones y carente de mecanismos de ahorro para la capitalización, camina de forma acelerada hacia el colapso financiero. La evolución demográfica no ayuda, como tampoco lo hace un mercado laboral lastrado por la rigidez, pero lo que más daño está haciendo es la aprobación sistemática de medidas políticamente deseables pero económicamente insostenibles.
Estas dinámicas elevan las pensiones a corto plazo… a costa de endeudamiento y de recortes en el largo plazo. Por ejemplo, como las pensiones se están manteniendo a base de endeudamiento, el jubilado promedio cobra cada mes 150 euros más de lo que haría en caso de que la caja estuviese equilibrada. En cambio, los pensionistas de mañana enfrentarán un ajuste en los años de cálculo que, en la práctica, significa que van a cobrar un 9% menos.
El problema de las pensiones es tan importante que España tiene la caja de la Seguridad Social más desequilibrada de toda la Unión Europea. No este extrañar que así sea: han sido doce años de déficit, cubiertos inicialmente por el agotamiento del fondo de reserva y después por un brutal aumento de la deuda del sistema, que ha saltado de 17.000 a 92.000 millones a lo largo del último lustro.
Un informe recientemente publicado por el Círculo de Empresarios recalca que "en 2013 se aprobaron importantes reformas, como el retraso de la edad de jubilación, el incremento del periodo de cálculo, la introducción del factor de sostenibilidad, la aprobación del nuevo mecanismo de revalorización…".
En cambio, "las reformas más recientes han consistido en financiar más gastos a través de los Presupuestos Generales del Estado, reinstalar la revalorización de las pensiones conforme al IPC o suprimir el factor de sostenibilidad". No solo eso sino que también "se ha propuesto en las últimas semanas un mecanismo de equidad intergeneracional que no cuenta con el apoyo de la patronal".
Propuestas de mejora
Desde el Círculo de Empresarios proponen tres medidas orientadas a revertir la deriva del sistema de pensiones:
1. La implantación de un sistema de cuentas nocionales, que recojan de forma virtual lo cotizado por cada trabajador, así como la pensión que, teóricamente, le corresponderá en un futuro a ese asalariado.
2. El retraso de la edad de jubilación hasta los 68-72 años, que incluiría la posibilidad de cobrar menos o más pensión dependiendo del año de retiro elegido;.
3. La introducción de ventajas fiscales para todo tipo de mecanismos de ahorro privado, incluidos los planes de empresa, los planes de pensiones... pero también las hipotecas inversas, las ventas de la nuda propiedad, etc.
Este último punto recupera una idea que Libre Mercado puso encima de la mesa en su día y que terminó "colándose" en el programa electoral del PP: a saber, la idea de una suerte de "blindaje fiscal al ahorro", que ofrezca incentivos para todo tipo de productos y fórmulas de ahorro e inversión, con ánimo de permitir que cada trabajador se prepare de la mejor manera posible para su jubilación.