España es el tercer país de Europa con más recursos mineros. Bajo el suelo que pisamos hay todo tipo de minerales críticos y estratégicos, imprescindibles para la industria como el wolframio, cobalto, tierras raras, antimonio, fluorita o grafito. Desgraciadamente, no los extraemos. Según la Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y de la Metalurgia (Confedem), ahora mismo hay unos treinta proyectos mineros paralizados en nuestro país debido a las presiones ecologistas, al temor de las administraciones y también al acoso jurídico de empresas rivales.
La consecuencia directa es que compramos lo que ya tenemos y solo el año pasado gastamos casi 10.000 millones de euros en importar minerales y metales no ferrosos, según las cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. En segundo lugar, pudiendo autoabastecernos de algunas materias primas minerales, ahora mismo nos encontramos sometidos a las restricciones de suministro y en manos de la estrategia comercial de países como China. Según Confedem, estamos perdiendo unos 6.000 millones de euros en inversiones extranjeras y unos 20.000 puestos de trabajo.
"Hay muchísimo potencial, pero no lo aprovechamos", ha señalado Vicente Gutiérrez Peinador, presidente de Confedem a Libre Mercado. "La última vez que lo comprobamos había cerca de 30 proyectos paralizados y aunque no todos tienen la misma entidad, sí podrían significar bastantes empleos e inversión".
Minas de litio prohibidas en Cáceres
Según el presidente de Confedem, "a veces hay un posicionamiento político inexplicable, que puede venir bien para buscar votos, aunque sea con una posición un tanto forzada como la del alcalde de Cáceres". Es la historia de San José Valdeflórez (Cáceres), la segunda mina de litio más grande de Europa. La empresa australiana Infinity Litium estima que podría haber 1,3 millones de toneladas de litio, lo que posiblemente nos permitiría incluso exportar a Europa.
Además de la explotación de la mina, la empresa también ha propuesto construir una fábrica de baterías para coches, lo que garantizaría trabajo estable (al menos 200 puestos según la empresa) en una provincia con una tasa de paro del 17,44% según la EPA del tercer trimestre de este año. A pesar de ello, el ayuntamiento de Cáceres ha rechazado el proyecto porque es "agresivo ambientalmente" y no genera consenso social.
Tierras raras sin tocar en Campo de Montiel y Pontevedra
Las tierras raras son un grupo de metales esenciales para fabricar dispositivos electrónicos, turbinas eólicas o equipamiento médico. El 98% de las tierras raras que importa Europa proviene de China, principal productor a nivel mundial de este material, que está incluido en el listado de materias primas fundamentales para la Unión Europea.
En España contamos con dos grandes yacimientos de tierras raras: uno en Campo de Montiel (Ciudad Real) y en el monte Galiñeiro (Pontevedra). Ambos yacimientos podrían convertirnos en una potencia mundial en tierras raras con un 25% de la producción, según el Colegio de Geólogos de España. Sin embargo, los dos proyectos están parados por presiones ecologistas.
"Es un escándalo. La empresa va a seguir adelante porque el argumento que ha dado la Junta para paralizarlo no tiene ni pies ni cabeza. Y tampoco es comprensible ni justificable la posición de los ecologistas. Estamos hablando de una gravera en la que entrarían un par de camiones con una pala y una criba móvil para retirar un 4% de los minerales. No hay que utilizar explosivos. Es casi igual que cualquier cantera para sacar caliza, y ahí no encontramos tanta oposición", señala el presidente de Confedem.
El lío jurídico de la Mina Los Frailes (Aznalcóllar)
"A veces las administraciones no se encuentran con fuerzas suficientes como para dar autorizaciones. Los técnicos no quieren firmar licencias porque tienen miedo de que les acusen de cohecho por parte en algunos casos de empresas rivales o con intereses contrarios a la apertura de una mina, muchas de ellas intermediarias con China", explica el presidente de Confedem.
Uno de esos proyectos paralizados judicialmente es la explotación del yacimiento minero de Los Frailes (Aznalcóllar). La empresa que no consiguió el concurso en 2015, Emerita-Forbes Manhattan, denunció a los 16 miembros de la comisión técnica que decidieron otorgar la licencia de explotación al grupo México Minorbis. Todos ellos están acusados por prevaricación, cohecho, tráfico de influencias y fraude. A la espera de que se resuelva la tramitación administrativa, allí siguen los depósitos de cinc, plomo, cobre, plata y oro.
"No en mi patrio trasero"
La actividad minera es cada vez más respetuosa con el medio ambiente y requiere múltiples permisos, sin embargo "las organizaciones ecologistas saben dirigir la ignorancia de la sociedad civil" para sus campañas de oposición a través de un "ecologismo que utiliza la media verdad", denuncia Gutiérrez Peinador.
"A los vecinos siempre les ponen el ejemplo de la mina de tierras raras a cielo abierto que hay en Mongolia, una explotación que no tiene los mismos controles que en Europa. En España, para poner en marcha un proyecto minero tienes que pasar entre ocho y diez años demostrando que no vas a dañar el medio ambiente. Sólo en obtener el permiso ambiental puedes tardar hasta cuatro años porque los administrativos lo miran todo con lupa, como debe ser. También tienes que depositar una fianza para rehabilitar la zona de la mina cuando acabe la extracción. Pero eso nunca lo cuentan los ecologistas", insiste el presidente de Confeden.
Para Gutiérrez Peinador, este tipo de ecologismo alimenta al movimiento NIMBY, acrónimo de Not In My Back Yard (No en mi patio trasero), y que se utiliza para describir los movimientos vecinales que no quieren instalaciones mineras cerca de sus casas, pero no se oponen a la actividad minera en si. "Es un ecologismo hipócrita. Me compro un teléfono móvil o un ordenador, no me pregunto de dónde vienen los componentes, vaya a ser que lleguen del Congo", denuncia.
Por ejemplo, el 98 % de las tierras raras que importa la UE proviene de China; el 98 % del borato procede de Turquía; Sudáfrica suministra más del 70% del platino, iridio, rodio y rutenio y casi un 68% del Cobalto viene del Congo. Y el problema de los suministros será cada vez más grave. Sólo para las baterías de vehículos eléctricos, en el año 2030 necesitaremos hasta 18 veces más litio y 5 veces más cobalto. Del mismo modo, la demanda de tierras raras podría multiplicarse por diez de aquí a 2050, según cálculos de la UE.