Los cerdos siguen acumulándose en las granjas británicas debido a la escasez de mano de obra en los mataderos. Esta situación está obligando a sacrificar miles de animales porque los ganaderos no pueden seguir costeando su mantenimiento o se han quedado sin espacio. La cuestión ahora es ¿dónde almacenan la carne para evitar que se desperdicie?
Por ese motivo, el gobierno del Reino Unido ha pedido la colaboración de las empresas cárnicas para que alquilen sus cámaras frigoríficas a los granjeros con un coste que asumirá el estado. El objetivo es salvar unas 14.000 toneladas de carne y evitar el consiguiente desabastecimiento a pocas semanas la Navidad.
Sin embargo, la Asociación Nacional del Cerdo ha denunciado que las medidas gubernamentales podrían perjudicar aún más a los granjeros en dificultades. Temen que el precio de la carne de cerdo caiga en picado en el caso de que los mataderos eviten los cerdos sacrificados mientras esperan la llegada de los trabajadores extranjeros, prevista a partir de enero.
Según Bloomberg, bajo el programa de ayuda al almacenamiento privado, los procesadores de carne podrán almacenar los cerdos sacrificados de tres a seis meses para procesarlos en una fecha posterior para ayudar a eliminar el retraso en las granjas.
La industria cárnica está afrontando una situación crítica excepcional tras el Brexit porque no hay transportistas para llevar los animales a los mataderos ni trabajadores para procesar la carne. La entrega de visados excepcionales para incentivar la llegada de carniceros extranjeros no ha sido suficiente y algunos ganaderos del sector vacuno han optado por llevar sus animales al extranjero a pesar de que su sacrificio en mataderos franceses en su mayoría va a suponer un considerable aumento de los costes.