La inflación en Estados Unidos se encuentra ya en el 6,2%, tocando máximos de los últimos 30 años. En España la tasa sube hasta el 5,4% y se va a máximos en 29 años.
El motivo de este aumento de los precios se debe a la reapertura económica, al crecimiento de la demanda por parte de los consumidores, pero también al increíble aumento de la masa monetaria. Y es que, los bancos centrales están comprando activos – inyectando liquidez al mercado – a un ritmo superior a los 100.000 millones de euros anuales.
Sin embargo, lo peor estaría por llegar, según han señalado los expertos de Goldman Sachs. Los economistas Spencer Hill y David Mericle aseguran que todavía no se habría llegado al punto más alto del repunte del IPC, que será a finales de 2021 o comienzos de 2022. Una vez se alcance es probable que los precios vayan estabilizándose y la inflación reduciéndose a medida que se encuentre un equilibrio entre la oferta y la demanda. "Esperamos que las interrupciones de la cadena de suministro se superen gradualmente y que la demanda de bienes se modere a medida que el gasto en servicios se recupere y el impulso fiscal máximo desaparezca", explican en un reciente informe.
A la visión de Goldman Sachs,se suma la de la Fed, que aseguraba en marzo que a finales de 2021 las presiones inflacionistas irían reduciéndose, mientras que ahora creen que no lo harán hasta la segunda mitad de 2022. Por tanto, la alta inflación seguirá durante, al menos, nueve meses más. Esto supone un alza en los precios y una caída de nuestro poder adquisitivo, ya que los salarios no están creciendo al mismo nivel que el aumento de los precios.