Nissan Motor logró un beneficio neto de 168.646 millones de yenes (1.288 millones de euros) entre abril y septiembre, tras las pérdidas registradas un año antes y gracias al mejor rendimiento de sus ventas, según anunció hoy el fabricante nipón de vehículos.
La empresa tuvo un beneficio operativo de 139.131 millones de yenes (1.062 millones de euros) en el citado período, que constituye el primer semestre del año fiscal en Japón, en contraste con las pérdidas de 158.759 millones de yenes (1.213 millones de euros) en que incurrió el año precedente.
Nissan facturó 3,94 billones de yenes (30.097 millones de euros) durante estos seis meses, lo que supone un incremento interanual del 27,6%, favorecido por el repunte de la demanda global, y en especial en Japón y Estados Unidos, dos de sus mercados centrales, según la compañía.
El jefe de operaciones de Nissan, Ashwani Gupta, atribuyó la vuelta a la rentabilidad de la empresa al "mejor rendimiento y mayor calidad de las ventas de sus vehículos", así como a los esfuerzos para dotar de mayor eficiencia a todos sus procesos durante la pandemia.
"Hemos dado prioridad a racionalizar nuestro negocio y a centrarnos en mercados clave, además de continuar apostando por la innovación", dijo Gupta al presentar los resultados financieros en rueda de prensa.
Esto lo ha logrado Nissan "a pesar del desafío que supone la carestía de semiconductores para el sector del motor" y de otros problemas en la cadena de suministro causados por la pandemia.
La firma con sede en Yokohama (sur de Tokio) espera compensar estos obstáculos "con la reducción de costes y una mayor eficiencia en sus líneas de producción", añadió el director operativo de Nissan, que también mejoró su previsión de resultados para el ejercicio en curso.
En el año fiscal nipón que terminará en marzo de 2022, Nissan estima que se embolsará 180.000 millones de yenes (1.327 millones de euros) en ganancias netas y una cifra similar en beneficios operativos.
El anterior ejercicio fiscal dejó unas pérdidas netas de 448.700 millones de yenes (3.427 millones de euros), lo que supuso su segundo año consecutivo en rojo.
Nissan emprendió un amplio proceso de reestructuración bajo la nueva dirección que tomó el mando de la empresa tras la salida de su expresidente Carlos Ghosn a finales de 2018, a raíz de supuestas irregularidades fiscales de las que le acusa la justicia nipona.