El relato, como dicen ahora, es el siguiente: tras cerrar la economía por la pandemia, no es posible volverla a abrir de golpe y hay que tener paciencia hasta que la máquina se acostumbre a trabajar de nuevo a pleno rendimiento. Sin embargo, donde está el atasco es en los puertos chinos. Naturalmente, nos dicen, porque China es el proveedor mundial de todo y si la economía ha de atascarse es lógico que empiece por allí. ¿Seguro?
¿Y si el atasco hubiera sido provocado artificialmente por las autoridades chinas? Parece imposible que Pekín sea el responsable de algo que tanto le perjudica económicamente. Si la sociedad china fuera libre, sería efectivamente imposible, pero resulta que no lo es. Veamos el ejemplo de Evergrande. Se supone que la inmobiliaria entró en crisis como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria china, como si China fuera un país capitalista normal. Pero luego se lee la letra pequeña y se entera uno de que el Gobierno chino prohibió de la noche a la mañana vender pisos sobre plano. Esto cortó de cuajo el flujo de dinero con el que la compañía tenía pensado pagar los intereses de su deuda. Luego, a pesar de todo, la compañía no termina de quebrar y se sospecha que de alguna manera está siendo rescatada por el Gobierno o una parte del Gobierno. No hay forma de saber qué está pasando de verdad porque allí no hay periodismo libre, los corresponsales de los tres grandes norteamericanos (Wall Street Journal, New York Times y The Washington Post) fueron expulsados y aquello no es una economía de mercado. Muy bien podría ser todo fruto de una guerra de poder intestina y que no tuviera nada que ver con la lógica de la economía de mercado.
Entonces, repito: ¿y si el Gobierno del Partido Comunista Chino estuviera intentando ver si es capaz de provocar una crisis mundial después de la del covid-19? Quienes alegan que los chinos serían los primeros en perder no saben de quiénes están hablando. Deng Xiaoping nos engañó a todos haciéndonos creer que los chinos eran comunistas que querían que su pueblo mejorara su nivel de vida tanto como el capitalismo permitiera. ¿Desde cuándo a un comunista le ha preocupado el bienestar de sus gobernados? "Oculta tus intenciones" dijo el muy ladino. Todo el dinero que ha sido capaz de acumular Pekín jamás fue un fin en sí mismo. Para empezar, invierte cantidades ingentes de él en un ejército de obvios objetivos ofensivos. Si tan sólo le preocupara ganar dinero, invertiría tan sólo lo indispensable para defenderse. Además, es patente que China quiere volver a ser la potencia más poderosa de la tierra, el reino del medio, el reino central, lo que siempre fue cuando su emperador tenía el encargo de gobernar todo lo que estuviera bajo el cielo antes de que llegaran los occidentales y la sometieran al siglo de las humillaciones. Invertir parte de su inmensa fortuna en provocar una crisis mundial de suministros con la consiguiente inflación y brutal merma de poder adquisitivo de la clase media occidental entra perfectamente dentro de lo que puede ser su estrategia para lograr su objetivo, que como digo no es ser ricos, sino los más poderosos.