Las jugueterías no se libran de la crisis de suministros y todo apunta a que habrá desabastecimiento de los juguetes más populares esta Navidad y Reyes Magos. La Asociación Española de Fabricantes de Juguetes ha alertado de que existe un riego elevado de sufrir roturas de stock durante esta campaña, por lo que recomiendan vivamente anticipar las compras navideñas para evitar disgustos de última hora. Y posiblemente el Black Friday ya sea tarde.
Los fabricantes y jugueterías se juegan la mitad de las ventas anuales en apenas seis semanas de campaña navideña y, a pesar de que gran parte de la fabricación y el abastecimiento de juguetes se suele realizar con bastante antelación, este año reponer los productos agotados es mucho más complicado, especialmente con los que se producen fuera de España.
El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, ha explicado que "este año será imposible hacer reposiciones con el típico producto que se pone de moda y que a mitad de diciembre los comercios ya lo tienen agotado. Es más posible una rotura de stock de los productos que más se demandan". El motivo es el "cuello de botella que hay en la logística internacional con el tema de los fletes, que va con semanas de retraso", señala Pastor.
El mercado juguetero español es el más estacional del mundo. Solemos dejar las compras para el último momento y en alguna ocasión la misma semana de Reyes ha llegado a suponer el 10% de las ventas anuales del sector. Ahora mismo esa estrategia no es posible: "Siempre hemos recomendado que los clientes anticipen las compras al máximo posible, pero este año todavía más porque es imposible hacer una previsión exacta".
Los fabricantes, en jaque
La crisis de suministros mundial no es el único motivo de preocupación para la industria del juguete en España: la subida de la luz, las materias primas y fletes han supuesto un aumento de hasta el 40% de los costes, un porcentaje que se ha comido los beneficios de los fabricantes e intermediarios: "Si este incremento se mantiene en el tiempo, la fabricación de juguetes no será sostenible. Es una subida histórica que podría comprometer muy seriamente la continuidad de muchas empresas y de muchos puestos de trabajo", afirma Pastor.
El año pasado, las jugueterías permanecieron cerradas o con restricciones debido a la pandemia de coronavirus. Además, las reuniones familiares estuvieron prohibidas, lo que supuso un lastre para la venta de juguetes. Este año, el sector esperaba una recuperación: "Es una pena, porque parece que el mercado de consumo se está recuperando, pero a la hora de la verdad no va a ser así. Va a ser un mal año y se están comprometiendo los resultados del año que viene porque no se van a realizar nuevas inversiones debido a la incertidumbre".
"Esta volatilidad de los escenarios dinamita la confianza empresarial. Y sobre la subida de impuestos, no sé qué van a cobrar, porque vamos a dar pérdidas. La luz y las materias primas ya se han comido los márgenes. Ahora mismo solo pensamos en si ya invertiremos dentro de seis años o incluso si deslocalizamos la producción a otros sitios con mayor seguridad y competitividad", lamenta Pastor.