Al ministro de Consumo, Alberto Garzón, los problemas de abastecimiento que están poniendo en jaque a la economía mundial no le preocupan en absoluto. De hecho, al comunista, la falta de bienes y materias primas de la que vienen alertando empresas y consumidores en los últimos meses, prácticamente, le parece una ilusión que se estaría inventando la ciudadanía.
En España "no existe un problema de desabastecimiento", negaba Garzón el pasado viernes, en una entrevista en TVE. "Es un proceso normal. Estamos saliendo de una pandemia y la demanda se ha disparado, pero la oferta se ajusta mucho más despacio. Por lo tanto, se produce una subida de precios", explicaba el líder de IU, que no dudaba en aprovechar para responsabilizar a las empresas de esta vorágine económica. "Esto, además, permite que haya algunas empresas que estén aprovechando la situación para incrementar los márgenes de beneficios", añadía.
"¿Pero hay riesgo de que puedan faltar cosas?", insistía el presentador. "No hay un problema de esas características, lo que hay es un problema de precios temporal", descartaba Garzón, a pesar de que son infinitos los testimonios de las "cosas" que faltan. "No existe ningún tipo de problema ahí. Es importante remarcarlo", insistía y continuaba su exposición con una explicación un tanto surrealista: "Muchas veces, estos procesos tienen que ver con lo psicológico y con lo que en economía se llama las profecías autocumplidas. Todo el mundo cree que va a pasar una cosa, actúa como si pasara, y entonces, pasa", llegaba a argumentar.
¿No se ha percatado Garzón de que faltan contenedores para transportar las mercancías en todo el mundo?, ¿no ha visto el ministro las estanterías de supermercados vacíos en Londres o en Bruselas por la crisis logística?, ¿no ha escuchado las recomendaciones de las empresas para que los consumidores adelanten sus compras de Navidad ante el riesgo de que no lleguen los productos?, ¿no ha leído que las plantas automovilísticas españolas se están viendo obligadas a parar ante la falta de chips? Parece que no.
La inflación "no es exorbitante"
Pero la crisis en la cadena de suministro no es el único vaticinio fallido que han cometido los miembros del Gobierno que forman PSOE y Podemos. Desde hace más de dos meses, ministros de la talla de Nadia Calviño llevan quitándole hierro al fenómeno inflacionario que amenaza a nuestra economía. "La inflación no me preocupa a corto plazo" porque "no es exorbitante", declaraba la ministra económica a principios de septiembre.
La semana pasada, el INE reveló que el IPC se disparó hasta el 5,5% en octubre, lo que supone su tasa más alta en 29 años. Así, aunque el Ejecutivo siga restándole importancia al repunte de la inflación, las dudas sobre su carácter transitorio son más que evidentes. Y es que, si tenemos en cuenta el último dato de la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, lo que elimina el efecto estacional o volátil), este indicador aumentó en septiembre hasta el 1,4%, mientras que en abril la tasa interanual de la subyacente era 0.
Además, hay que tener en cuenta que el dato del IPC puede resultar engañoso para analizar el verdadero nivel de inflación. Y es que, los consumidores se están dando cuenta de que el precio de todo tipo de bienes se está disparando en mayor cuantía. Por ejemplo, según COAG, el precio de los alimentos básicos se ha disparado un 15%. Pero en el Gobierno no están preocupados...
Más predicciones fracasadas de Calviño
La inflación no es el único fenómeno que la máxima autoridad económica del Ejecutivo ha subestimado. Podría decirse que la mayor metedura de pata de su carrera sucedió el 9 de marzo de 2020, cuando Calviño aseguró que el impacto económico del coronavirus sería "poco significativo" para la economía nacional. Resulta que el "impacto" fue de tal calado, que el PIB de España sufrió el mayor desplome de las economías desarrolladas.
Las previsiones económicas del Gobierno y los cuadros macro —sobre los que se sustentan los Presupuestos del país año a año— también han sufrido importantes errores de cálculo por parte del ala económica del Ejecutivo. A principios de año, el Gobierno tuvo que reconocer que que las cuentas de 2021 se asentaban sobre unas estimaciones imposibles de creer y se vieron obligados a a rectificar 3,3 puntos su pronóstico de crecimiento.
A día de hoy, ha quedado de manifiesto que esa rectificación tampoco fue suficiente. Aunque el Gobierno insiste en que la economía española va a crecer un 6,5% este año, todos los organismos han desmentido ya las fantasiosas cifras de Calviño. El INE, el FMI, Caixabank, BBVA, Funcas, Airef... la lista de revisiones al Gobierno es infinita.
Ni apagón ni falta de gas
Mientras países como Austria y Suiza preparan a sus ciudadanos por si se diera el caso de un posible apagón generalizado ante aumentos importantes de demanda de energía o fallos en el sistema, en el Gobierno tampoco hay preocupación en este sentido.
Así lo confirmó la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha asegurado que el suministro de electricidad está garantizado y ha descartado "con rotundidad" el riesgo de que España sufra apagones eléctricos. A Ribera tampoco le quita el sueño que Argelia haya dejado de suministrar gas a España desde Marruecos. "No tenemos por qué preocuparnos desde el punto de vista de la garantía de suministro", ha asegurado. En este sentido, la ministra ha llegado a afirmar, incluso, este martes que España tiene reservas de has para cubrir "veinte Filomenas". El invierno se acerca, el tiempo dirá si vuelven a fallar.