La noticia de la donación de la Fundación Amancio Ortega de 280 millones para diez máquinas de protonterapia, de la que quiso sacar pecho Pedro Sánchez, le costó al dueño de Inditex nuevas críticas desde la izquierda, con Podemos a la cabeza. "Amancio Ortega no es un filántropo, es un evasor fiscal", sentenció Lilith Verstrynge, tachando de "campaña de publicidad" el regalo para la sanidad española. Lo mismo hizo Pablo Echenique, que aprovechó para pedir "un buen impuesto a la riqueza" tras hablar también de "megayates" y evasión de capitales.
Lo cierto es que el ruido político, los insultos en Twitter y las reticencias de algunos sectores no se sostienen si se indaga en las características de las máquinas que están por llegar y en lo que puede suponer para quienes lo necesitan y para los médicos que trabajan todos los días en radioterapia. Quienes critican autoproclamándose defensores de la sanidad pública y de la "equidad" y la "igualdad" quizás no se hayan dado cuenta de que sus argumentos se le pueden volver en contra.
La protonterapia es un tipo de radioterapia que se basa en haces de protones. Su principal ventaja es que logra irradiar menos el tejido sano que rodea el tumor, lo que la hace especialmente indicada en niños, más sensibles a la radiación por estar en pleno desarrollo, y en tumores difíciles por su cercanía a órganos delicados. Aunque acceder a ella puede ser esencial en determinados casos, hasta hace muy poco los pacientes que necesitaban este tratamiento eran enviados al extranjero, como explica a LD el presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), Antonio Gómez Caamaño. Los destinos solían ser Italia, Francia y Alemania, "concretamente Heidelberg" en el caso de la sanidad gallega. Hace dos años, la protonterapia llegó a España pero a dos centros privados, Quirónsalud y la Clínica de Navarra, y ahora, "la mayor parte son derivados a los centros de Madrid", aunque todo depende de cada comunidad autónoma.
Una vez estén en funcionamiento las diez nuevas máquinas que se instalarán en siete comunidades autónomas (un proceso complejo que llevará tiempo) la situación cambiará radicalmente, como subraya Caamaño. De tener que viajar a otro país durante semanas o a Madrid, en el caso de ser derivados, se pasará a que el paciente pueda ser atendido mucho más cerca. "Cualquier paciente español se va a tratar" como se trataría el "hombre más rico del mundo", resume Caamaño destacando cómo esta donación a nivel social va a conseguir "equidad" y "accesibilidad" a este tipo de tratamientos para todos los españoles.
Sobre las críticas, Caamaño resalta que para los médicos la pregunta relevante es "si esto es beneficioso para los pacientes" y eso está "clarísimo: la respuesta es sí". A nivel de los enfermos, la clave es si esta tecnología es beneficiosa para su tratamiento y la respuesta también es sí. "¿Tendríamos estas máquinas sin estas donaciones? La respuesta es no", insiste recordando que estos aparatos permitirán ofrecer un "tratamiento sofisticado y complejo" a cualquier español más cerca de su domicilio.
El presidente de SEOR también señala cómo hace ocho años "la situación de la radioterapia en España era dramática". "Es una tecnología tan cara que a las administraciones les costaba invertir" y el parque estaba "obsoleto". "¿Cómo nos va a desagradar este tipo de donación?", señala Caamaño, apuntando que aunque la inversión inicial sea muy elevada la radioterapia es en realidad el tratamiento oncológico más barato a largo plazo. Hace diez años sólo había cinco aparatos en toda Europa. Tras la donación y la posterior instalación, España se situará a la vanguardia con un total de doce.
"Nos ha venido a ver la Virgen"
En la Asociación Española contra el Cáncer la respuesta es similar y desde el punto de vista del paciente no entienden las críticas: "Nos ha venido a ver la Virgen, es absolutamente beneficioso", resumen recordando cómo hasta hace muy poco la única opción era viajar al extranjero, con todo lo que ello supone para un enfermo y sus familias.
"Esto va a eliminar inequidades, las personas que lo necesiten van a tener las mismas posibilidades", dicen desde la asociación, donde explican que están trabajando precisamente en el mensaje de que el cáncer es igual para todos y todos tenemos que ser iguales a la hora de poder recibir un tratamiento, que en el caso de la radiación es necesario en un 60% de los casos. Según la AECC, persiste una "inequidad enorme" en el tratamiento que puedas recibir en España según donde vivas.
En cuanto las críticas escuchadas, apuntan que desde su colectivo tienen sólo "entre ceja y ceja a la persona con cáncer" y la defensa de que estos pacientes deben tener acceso "a los mejores tratamientos oncológicos que haya". "Este era un área que cubrir. Es fantástico", zanjan.
Los que más se beneficiarán
Se estima que entre un 5 y un 10% de pacientes necesitarían estos tratamientos aunque desde SEOR recuerdan que las indicaciones de esta técnica "son dinámicas". En caso de cáncer infantil o localizaciones críticas "la indicación es clara, porque se irradia mucho menos tejido sano", explica Caamaño. Pero también destaca su importancia en tumores que son resistentes a los tratamientos tradicionales porque "permite dosis más altas" de radiación.
Además, el médico resalta las ventajas de la protonterapia en la "reirradiación" de pacientes cuando el tumor "recurre en el mismo sitio" , un perfil cada vez más importante porque "los pacientes ahora viven mucho más". Con la protonterapia, podrán tratarse "con bajo riesgo de efectos secundarios".