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Greenpeace bloquea un gran barco gasista en Sagunto mientras vende gas en Alemania

La última acción propagandística de la que presume la organización ecologista Greenpeace servirá… para subir aún más el recibo de la luz.

La última acción propagandística de la que presume la organización ecologista Greenpeace servirá… para subir aún más el recibo de la luz.

Greenpeace anuncia en sus redes sociales que está utilizado el "barco más grande de la organización" para bloquear la llegada de un gran barco con gas a nuestro país.

Los miembros de la organización presuntamente ecologista han fondeado su buque frente a la planta regasificadora que Enagás tiene en el puerto de Sagunto. Impidiendo la llegada de lo que ellos mismos denominan "el gigantesco buque Merchant" que carga 138.000 metros cúbicos de gas.

Greenpeace y el contexto

Desde las cuentas sociales de Greenpeace se presume de que este ataque "se realiza en el contexto del Consejo Europeo extraordinario que se celebra hoy en Luxemburgo" en el que "los y las ministras de Energía se reúnen para tratar el impacto del aumento de los precios de la energía y las posibles soluciones".

En realidad, el contexto en el que Greenpeace está impidiendo la llegada de gas a España es el de un consumo disparado por su uso en la generación de energía, causado precisamente por las presiones ecologistas para descartar los combustibles fósiles como carbón y petróleo y extender el uso de energías renovables —principalmente solar y eólica—, cuya falta de fiabilidad en el suministro tiene que ser suplida por centrales de ciclo combinado que funcionan con gas.

El contexto en el que Greenpeace encarece la llegada del gas a nuestro país es uno en el que este combustible está ya a 90 euros el MW/hora en la media de lo que llevamos de mes, es decir, en máximos históricos. Y eso que todavía no se han puesto en marcha la gran mayoría de las calefacciones en edificios residenciales, muchas de las cuales usan el gas. En resumen: el contexto es que los presuntos ecologistas están colaborando en que el recibo de la luz sea más caro e incluso en que haya españoles que no puedan calentar su casa este invierno bien porque no puedan afrontar el coste bien porque haya problemas de suministro.

La descomunal hipocresía de Greenpeace

Sin embargo, lo más llamativo del asunto es que, mientras en España Greenpeace trata de impedir la llegada de gas, una de sus empresas filiales en Alemania se dedica… ¡a vender gas!

Lo contó en Twitter el experto Manuel Fernández Ordóñez, que explicaba cómo desde 1999 la organización pseudoecologista ha fundado empresas para poder suministrar energía con "estrictos requisitos medioambientales". Una de estas empresas empezó en 2011 a suministrar un producto denominado "porWindgas", que en teoría es el resultado de producir hidrógeno como combustible usando energía eólica.

Este gas tan ecológico se comercializaría mezclado con biogás —es decir, gas producido a partir de residuos orgánicos o de productos naturales como remolacha— y, sobre todo, gas natural ruso muy parecido e igual de contaminante que el que bloquean en el Puerto de Sagunto.

Lo mejor es que durante una década este gas se ha vendido a los consumidores como ecológico, cuando el 99% de su composición era gas natural sin más. En enero de este año, sin embargo, empezaron a introducir en la mezcla el biogás, pero la mezcla sigue sin ser muy ecológica: sólo un 1% de hidrógeno 'eólico', un 10% de biogás y un 89% de gas ruso.

A la luz de estos datos cabe preguntarse si cuando Greenpeace bloquea la llegada a puerto de un barco cargado de gas está luchando por el planeta… o atacando de forma ilegal a su competencia.

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