La D.O. Rueda fue reconocida como tal el 12 de enero de 1980, por orden del Ministerio de Agricultura, convirtiéndose en la primera denominación de origen de Castilla y León. Su zona de producción está integrada por 74 municipios: 53 al sur de la provincia de Valladolid, 17 al oeste de Segovia y 4 al norte de Ávila. Su especialidad: vinos blancos de alta calidad y amplio reconocimiento internacional.
A pesar de ello, las ventas se han visto muy afectadas por la crisis derivada de la pandemia de coronavirus. Lo explica para LM su director general, Santiago Mora. "En marzo de 2020, con el estado de alarma, lo primero que pasa es que se cierra el canal Horeca (bares, restaurantes y cafeterías), para frenar el contagio masivo", señala. "Se paraliza España y se paraliza el canal de comercialización más importante de los vinos de calidad".
"Cada D.O. ha tenido su propio comportamiento", reconoce. "En el caso de Rueda, prácticamente el 65 o 70% de todas las ventas se realizan a través del Canal Horeca". En consecuencia, se hizo una estimación de pérdidas de un 20% para 2020. Sin embargo, el comportamiento de los consumidores amortiguó el golpe.
El impacto real de la pandemia
"La situación se preveía muy mal", comenta el director general de la Denominación de Origen de Rueda. Pero se produjo "un comportamiento muy interesante por parte del consumidor", que provocó un inesperado incremento de las ventas.
"Aparecieron nuevos momentos de consumo en las casas, nuevos momentos para brindar... Aunque fuera a través de conversaciones telefónicas, de zoom, o videollamadas de WhatsApp", explica.
En definitiva, nuevos momentos de celebración y también de esparcimiento. La copita de vino nos acompañaba en nuestros momentos de descanso, "para romper con el teletrabajo y dar paso a la vida en casa". Este fenómeno "compensó parcialmente la caída de las ventas".
También ayudó el posicionamiento de la propia D.O., la segunda de España después de Rioja, con una cuota de mercado a nivel global del 11,5%.
Algo que, destaca Santiago Mora, "tiene mucho mérito", ya que "el consumo de vino blanco no llega al 30% de lo que se consume de vino en España".
En el canal Horeca, tienen el 16% del mercado. Pero en alimentación estaban en quinto puesto. Aquí influyó la marca. "Fue el paraguas", señala. "Pasa en todas las crisis. Las buenas marcas se convierten en refugio del consumidor". Tanto es así que "Rueda fue la D.O. que más creció, con diferencia, tanto en volumen como en valor". Y esto "compensó el desastre del cierre de los restaurantes".
Además, afortunadamente, la crisis sanitaria no ha tenido un impacto negativo en sus ventas a nivel internacional. "Aunque es cierto que el consumo global de vino ha disminuido durante la pandemia, también es verdad que Rueda ha funcionado bastante fuera". De hecho, "durante el 2020 se produjo un récord histórico de ventas en exportación, con un crecimiento respecto al año anterior de un 5%".
En definitiva, el efecto de pandemia ha sido menor de lo previsto inicialmente gracias a la combinación de estos los elementos. "Los nuevos momentos de consumo, la fuerza de la marca y el incremento de las exportaciones vinieron a compensar el desastre de 2020". Finalmente, "la bajada ha sido solo, entre comillas, del 10%".
Las bodegas han aguantado
Lo mejor de todo es que ninguna bodega ha tenido que cerrar sus puertas. "Todas han conseguido superar el bache", asegura, "aunque cada una se haya visto afectada de una manera".
"Algunas vendían casi exclusivamente en canal Horeca", añade, "pero no ha habido ningún cierre". "Ha habido solidez financiera, estratégica y empresarial, para poder afrontar la pandemia".
Un 2021 para celebrar
Con el final de las restricciones y la vuelta a una relativa normalidad, ha llegado el momento de recuperar el tiempo y las celebraciones perdidas. Y eso, tratándose de España, va unido a un aumento del consumo en bares y restaurantes. De hecho, precisamente ese es el ‘claim’ de la última campaña de la D.O. Rueda.
"Teníamos la seguridad de que la gente, nuestros consumidores, iban a tener muchísimas ganas de celebrar todo lo que antes no habían podido", indica Mora. Y, efectivamente, así ha sido.
"Se ha producido un efecto pendular. Lo hemos notado sobre todo en verano, pero se sigue notando. Hay unas ganas tremendas de compensar lo que no hemos podido hacer durante todo este tiempo". "Estamos de celebración continua", exclama.
"El año 2021 empezó muy mal. Enero y febrero fueron meses horribles, también con bajadas importantes de ventas respecto al año anterior. Pero en marzo se vio una recuperación importante", explica. Entonces, empezaron a batir récords de ventas y ya no han parado. "Prácticamente todos los meses", reconoce.
Los bares, sus aliados
Como dice Santiago Mora, lo que no vendieron ya no lo van a vender. "Estamos hablando de vino blanco joven (95%) y ese vino ya no se va a beber", subraya, "ahora se está bebiendo la nueva campaña".
Pero es evidente que la situación ha mejorado mucho y ellos pueden "vislumbrar un horizonte un poco diferente". En buena medida, gracias al sector hostelero, que tanto "hemos echado de menos" y que "ha sufrido muchísimo".
"En España somos muy de bares", destaca, "forman parte de la cultura de este país y está en nuestro ADN", pero es que -además- "son los grandes aliados de la comercialización de los vinos de Rueda".
Una nueva zancadilla: la luz
Las dificultades a la que se enfrenta el sector vinícola no acaban con los efectos de la pandemia. Aún no había llegado el fin de las restricciones cuando ya había empezado la escalada del precio de la luz. Como les hemos contado en Libre Mercado, ésta ahoga al sector de la hostelería y lleva a la ruina a algunas fábricas. Pero también afecta negativamente a los productores de vino. Y no hablamos sólo de la factura que pagan a las compañías eléctricas con las que tienen contratado el servicio.
"Tiene un efecto directo en lo que pagan por la luz nuestras bodegas, nuestros viticultores, todos los meses. Claro está. Pero no solo viene por ahí. El incremento del coste se está produciendo también porque sube el precio de los suministros", explica. "Los suministradores están sufriendo, sobre todo los más industriales, un mayor incremento en su factura, y eso lo repercuten en sus productos".
Por tanto, "se está notando una subida de la materia prima, una subida del coste de la luz y una subida de todos los suministros... Y está incidiendo de forma importante en todos los sectores y, evidentemente, también en nuestras bodegas y nuestros viticultores".
Buena vendimia, grandes expectativas
Las expectativas son buenas. Fundamentalmente, porque esperan una gran añada. "Somos muy optimistas. Acabamos de terminar vendimia y ha sido fantástica, con unas condiciones sanitarias de la uva estupendas. Las primeras impresiones de nuestros bodegueros y de nuestros enólogos son muy buenas, creen que tienen una grandísima materia prima". "Están como como niños con zapatos nuevos", exclama Santiago Mora.
Ahora toca esperar, aunque no demasiado. "Estamos expectantes a que se produzcan las primeras catas de certificación, que no tardarán en llegar. A lo largo de este mes de noviembre, probablemente, ya tengamos los primeros verdejos de Rueda de la añada 2021".